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Las algas marinas conocidas como sargazo han aumentado descontroladamente en las costas de la Florida, dejando una visible mancha en las aguas y un olor desagradable mientras se descomponen en la arena de las playas. El gobernador de ese estado, Rick Scott ha pedido fondos federales para reparar el dique de contención del lago Okeechobee y detener así este fenómeno creciente.
Sin el dique de contención reparado, se corre el riesgo de que proliferen algas verdes tóxicas en ríos, estuarios y canales del estado. Además de que la acumulación de algas marinas afecta seriamente al turismo y la pesca.
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"Es importante proveer rápidamente una financiación completa para la reparación del dique Herbert Hoover y aprobar el proyecto de una reserva para almacenamiento de las aguas sobrantes. Tras décadas de inacción del Congreso de EE.UU., nuestras comunidades y familias afrontan este problema una vez más y se merecen unas aguas limpias", dijo Scott en una reunión con funcionarios de la Casa Blanca.
Asimismo, alertó acerca del "daño causado por el agua liberada del lago Okeechobee" y dijo que debía convertirse en un "objetivo del gobierno federal" reparar el dique antes de que se destruyera completamente causando daños irreparables.
En 2016, el gobernador tuvo que declarar el estado de emergencia en cuatro condados debido al brote de algas verdes tóxicas, destructoras del frágil ecosistema de los estuarios ocasionado por las descargas del lago Okeechobee, el mayor de agua dulce del estado.
En 2017, Scott firmó una ley para agilizar la construcción de un embalse denominado Área Agrícola de los Everglades (EAA), destinado a almacenar el agua procedente del lago, como medida para combatir la proliferación de algas tóxicas.
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