Vecinos de Matanzas están indignados porque las obras del construcción del acueducto y el alcantarillado de la ciudad contemplan abrir las calles, pero no asfaltarlas.
"Lo que no se entiende es por qué si se planifica un proyecto para el cual es necesario romper las calles no está incluido la pavimentación de las mismas. Se resuelve el problema del agua pero las calles de la ciudad, que no estaban en las mejores condiciones, empeoran con estos trabajos, y si lo quieren comprobar sigan la ruta de los coches", escribe Dayamí, una lectora de la versión digital del diario oficialista Girón.
Se refiere a los carros "indisciplinados" que, según el rotativo local, no respetan la señalización de las obras de acueducto y circulan por encima del sitio donde trabajan los operarios.
Libán Abreu Ramírez, director del proyecto de remodelación del acueducto de la ciudad, se excusa. Según explica, anualmente les asignan una cantidad de asfalto que no alcanza para restaurar todas las calles, por lo que, de acuerdo con el Gobierno, priorizan las avenidas principales.
En estos momentos, las obras van por la calle Minerva y continuarán hasta la intersección con la carretera que lleva a Máximo Gómez. En esa zona se están instalando tuberías. En cualquier caso no hay dinero para completar las obras del acueducto. Sólo se restaurará un 80% de éste y la mitad del alcantarillado.
Los vecinos también se quejan de los salideros que están dejando las obras. El responsable del proyecto tiene explicación para esto. “La gente cuestiona el hecho de que hay salideros, pero no entienden que cuando se pica para trabajar se corre el riesgo de cortar las tuberías viejas que están debajo", dice.
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