La situación de deterioro de la Universidad de las Ciencias Informáticas (UCI), fundada en Cuba en plena Batalla de las Ideas, en el año 2002, preocupa a sus estudiantes. Desde la Isla se han puesto en contacto con CiberCuba para denunciar el estado en el que está "el último gran proyecto de Fidel".
Baños sucios, cocinas destrozadas, puertas atadas con candados, son sólo la punta del iceberg.
Tras 16 años, las instalaciones de la UCI demuestran que el tiempo y la falta de mantenimiento han hecho mella en su infraestructura.
Pero no es sólo el mal estado de las instalaciones lo que preocupa a los alumnos sino también el hecho de que se consuma drogas en la UCI. "El último gran proyecto de Fidel es ahora un desastre donde los robos, el sexo y hasta droga abundan en el campus", escriben a CiberCuba.
"A mi hermano le han robado dos veces en un mes. Primero un disco duro y después un iPhone", asegura un alumno de la UCI.
Supuestamente en la UCI estudian profesionales "altamente comprometidos" con la Revolución, formados siguiendo un "modelo atípico" que mezcla estudio y trabajo.
Poco queda de aquellos edificios remodelados que el 23 de septiembre de 2002 abrieron sus puertas a los primeros 2.008 alumnos de Informática en La Habana. El centro universitario más joven de Cuba sufre la decandencia de otras instituciones de élite como el preuniversitario Valdirmir Ilich Lenin, que ya no es ni la sombra de lo que fue en los años ochenta.
La UCI ocupa los terrenos que entre 1942 y 1959 ocupó un reformatorio de menores. Luego de la llegada de Fidel Castro al poder, en sus instalaciones estuvo ubicado, entre 1964 y 2001, la famosa Base Lourdes, de espionaje ruso.
En sólo 106 días, a propuesta de Fidel Castro, el antiguo Centro de Radioescuchas de la era soviética, se transformó en la Universidad de las Ciencias Informáticas. Abrió sus puertas como un centro universitario de alta tecnología, del que se han graduado ya 15.000 ingenieros.
Pese a las pésimas condiciones en las que se encuentra, de la UCI acaba de salir una App, toDus, que pretende convertirse en el WhatsApp cubano y que para instalarse en los teléfonos móviles de dentro de la Isla exige todos los permisos, de manera que ETECSA tiene acceso a los contactos, la cámara y el micrófono de quienes se lo instalan.
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