Houston (EE.UU.), 14 jun (EFE).- Las Finales de la NBA 2018 dejaron a los Warriors de Golden State ganadores del tercer título en los últimos cuatro años, segundo consecutivo, pero el gran centro de atención dentro de la liga es el alero LeBron James, de los Cavaliers de Cleveland, quien como agente libre este verano se ha convertido en el deseado por todos.
James a sus 33 años, que tiene la opción por tercera vez de cambiar de equipo, se ha ganado por su condición de mejor jugador actual de la liga el derecho a elegir lo quiera, con quien quiera y a donde quiera, sin excluir a ninguno de los 30 equipos que configuran la liga.
El propio jugador es consciente de que vuelve a tener todo el control en sus manos sobre la decisión que espera tomar este verano y de la que hasta el momento no ha dado ninguna pista.
De ahí que todos sean conjeturas, rumores y análisis en base a la realidad que tiene en estos momentos la figura de James como profesional, persona, padre de familia y líder con voz dentro de la comunidad.
Los últimos en dar a conocer algunas pistas de lo que a partir del próximo 1 de julio puede hacer James son sus dos amigos más cercanos que tuvo cuando era jugador de los Heat de Miami, y que mantiene, como son el escolta Dwyane Wade y el expívot Chris Bosh.
Wade ha insistido en que la decisión final que pueda tomar James no tendrá solo en cuenta el apartado deportivo de ver donde puede mejor conseguir un nuevo título de liga, sino que habrá otros elementos como el familiar, el social y inclusive el de compromiso político con la comunidad que tengan una gran influencia.
James ha sido vocal con todos los asuntos polémicos que se han dado en los últimos años entorno a la brutalidad policial, las masacres de estudiantes y la discriminación que todavía existe en Estados Unidos hacia los grupos minoritarios.
La estrella de los Cavaliers volvió a Cleveland cuando tenía todo en Miami, donde con los Heat consiguió los dos primeros título de liga de los tres que posee, pero se había hecho la promesa de darle a la ciudad cerca a la localidad de Akron (Ohio), donde nació, el que nunca había alcanzado y lo logró en el 2016 con remontada histórica de 1-3 en las Finales ante los Warriors.
Ahora ya ha cumplido su promesa y aunque los Warriors le impidieron ponerlos a las puertas de una posible dinastía, sabe que ha cumplido con su palabra y misión, aunque si quiere seguir en Cleveland lo puede hacer.
El problema es que su empatía con el dueño de los Cavaliers, Dan Gilbert, no existe, por la manera como lleva los asuntos del baloncesto del equipo, al igual que el gerente general Koby Altman.
James tiene su campeonato ahora. No importa lo que alguien diga al respecto, él también cree que su legado es seguro, pero lo que no tiene tanto es cual será el siguiente paso que va a dar y para eso el apoyo y la orientación que reciba de los deseos de la familia será un elemento muy importante.
El hijo mayor de James, Bronny, tiene 13 años. Su hijo menor, Bryce, cumplió esta semana 11. Esta vez, si podrán expresar también sus sentimientos sobre la decisión a tomar porque conocen ya la vida en Miami, en Los Angeles (durante los veranos) y en Akron.
Bronny es un jugador de baloncesto sobresaliente que tiene la posibilidad de tener un futuro en la NBA, y su desarrollo y comodidad durante su adolescencia, por supuesto, es importante para James.
Mientras que la esposa de James, Savannah, ya era un pilar familiar en el 2014 cuando James llegó a casa en Akron. A James le encanta ver a sus hijos jugar baloncesto, y es difícil verlo separado de su familia, que incluye a la hija de 3 años, Zhuri, en esta etapa de su vida.
En 2010, dejó a Savannah y sus hijos pequeños en Ohio cuando se mudó por primera vez a Miami. Ahora, donde quieren vivir es un factor más profundo.
De ahí que la opción de llegar a Washington con los Wizards comienza a tener solidez por todo lo positivo que le puede ofrecer la capital de la nación, al margen del talento deportivo que hay actualmente dentro de la plantilla del equipo.
James es consciente de la confianza que posee como líder dentro de la comunidad, con poder nacional, un defensor de la justicia social y los problemas que se tienen que superar en su búsqueda.
La estrella de los Cavaliers siente que vive un crecimiento intelectual y una convicción personal que ha llevado a una sensación real de su influencia fuera de los campos y cómo eso puede mover la cultura de la superación y la lucha por parte de las minorías.
Ante ese panorama, los que conocen a James admiten que comienza a ver a Washington D.C. como una opción real, donde puede luchar por más títulos, ganar decenas de millones de dólares y estar más cerca del poder y la toma de decisiones que afectan a toda la nación.(EFE)
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