Diez años después de estampar 12.87 segundos en los 110 metros con vallas, Dayron Robles vive en Cuba, pero no está dentro de la preselección nacional de atletismo ni representará a la Isla en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia.
Hace una década, un jueves 12 de junio, Robles, hoy con 31 abriles, devoró la pista hasta convertirse en recordista del orbe en el meeting atlético de Ostrava, República Checa. Fue una competencia perfecta para el nacido en Guantánamo, que poco tiempo después de esa presentación cruzó primero la meta en Beijing 2008 para sellar una temporada de ensueño con una medalla de oro olímpica.
Esos meses resultaron los mejores para el fornido corredor antillano, capaz de bajar en varias ocasiones de los 13 segundos y deslumbrar al planeta por su técnica y explosividad. "Un fuera de serie", llegaron a decir tantísimas personas.
Actualmente, Robles no tiene en su poder el primado, ya que en el 2012 el estadounidense Aries Merritt implantó un soberbio 12.80. Sin embargo, nada ni nadie le quitará el honor de haber alcanzado un día el mejor tiempo de la historia en las vallas cortas.
Dayron, que estuvo sin correr por Cuba un par de años y regresó al Estadio Panamericano para buscar un crono olímpico que nunca encontró rumbo a Río 2016, ya está alejado de los bloques de arrancadas –aun cuando su edad es relativamente baja para la modalidad- y se dedica a su vida de pequeño emprendedor, con sus casas de renta.
Diez años después, sabemos que Dayron perdió el récord mundial, pidió la baja del equipo nacional para competir por el club Mónaco, rompió relaciones deportivas con su ex entrenador Santiago Antúnez, retornó para estar en la cita de los cinco aros en Brasil y no logró la marca exigida por la IAFF, por una lesión que nunca lo abandonó.
Hoy, Dayron Robles, uno de los talentos atléticos más grandes que ha tenido Cuba, vive en La Habana, sale a las calles, todos lo reconocen y hay quienes lo recuerdan como el “Lord de Guaso”.
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