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La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, pronosticó una temporada de huracanes activa, con entre 10 y 16 tormentas con nombre, de las cuales entre cinco y nueve alcanzarán la categoría de huracanes.
De estos, de uno a cuatro podrían ser grandes, con vientos sostenidos de 178 kilómetros por hora.
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Según Gerry Bell, del Centro de Predicción Climática de la NOAA, no hay señales climáticas que hagan suponer que este año será extremadamente activo, como el 2017, ni tampoco lo contrario, extremadamente débil.
De cumplirse los pronósticos la actual sería una temporada casi normal. Para los especialistas, en una temporada promedio de huracanes se produce 12 tormentas con nombre, de ellas seis llegan a ser huracanes, incluidos tres grandes.
“Cuando se predice una temporada activa, es cuando se forman más tormentas en el Atlántico tropical, que tienden a seguir hacia el oeste. Es por eso que las costas del Caribe y Estados Unidos están en mayor riesgo”, explicó Bell.
Los meteorólogos esperan que vuelvan a darse las condiciones atmosféricas y oceánicas que desde 1995 han estado produciendo temporadas de huracanes en el Atlántico más fuertes.
Si se desarrollara el fenómeno de El Niño este verano, podría suprimir la creación de tormentas desde agosto hasta octubre. (El Niño es el calentamiento natural de partes del océano Pacífico, que tiende a reducir la actividad atmosférica en el Atlántico).
“En cambio, si El Niño no se desarrolla, la temperatura del agua en el Atlántico y el mar Caribe podría impulsar más el desarrollo de tormentas”, concluyó el experto.
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