Cuba, cuya producción de huevos alcanza en este momento poco más de 5.8 millones de unidades diarias, (alrededor de 2.117 millones al año) realizará la Primera Feria Nacional de Avicultura Cuba 2018, entre el 18 y el 20 de mayo.
Según el periódico El Artemiseño, el evento busca promover la gestión de negocios en el mercado empresarial, fundamentalmente en los circuitos cortos de comercialización.
Participarán productores e investigadores de todo el país, quienes intercambiarán experiencias acerca de las diferentes especies de aves y las prácticas en su crianza.
La Isla está muy lejos de la producción más alta de su historia, que fue de 2.717 millones de posturas, en el año 1991. A partir de ese momento la cifra fue decayendo paulatinamente.
No fue hasta el reciente 2016, cuando la avicultura cubana pareció que finalmente comenzaba a recuperarse, tras obtener ese año los mayores niveles de huevos de los últimos 24 años, con más de 2.020 millones.
Pero luego del paso del huracán Irma, que según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), provocó daños en 466 granjas avícolas, las posturas volvieron a “perderse”.
Incluso, el pasado 26 de septiembre el Ministerio de Comercio Interior dispuso la vuelta a su racionalización en las zonas más afectadas por el fenómeno, incluida La Habana.
Ahora, meses después, algunas empresas agropecuarias estatales están anunciando a bombo y platillo un “importante sobrecumplimiento de sus planes”. Sin embargo, en la calle siguen escaseando los huevos.
Y es que, como sucede tradicionalmente en Cuba, las empresas se adaptan cómodamente a los planes de producción fijados, que en muchos casos están obsoletos y que, si se cumplen tan fácilmente es, evidentemente, porque no se ajustan a las necesidades reales.
La propia Central de Trabajadores de Cuba ha señalado que, si aparentemente todo marcha tan bien, el país debe importar la mayor parte de los alimentos que consume.
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