Los cubanos están preocupados por la escasez de sal no sólo en las bodegas y minimás de la Isla, donde se vende por la libreta y por la libre, sino también en los establecimientos en divisa. Así lo recoge el diario Granma, que ha dedicado este martes un largo artículo para explicar ¿cómo puede perderse la sal en una isla rodeada de mar por todas partes?
El diario oficialista asegura que aunque en estos momentos "la restauración de la venta de sal se está produciendo de forma paulatina", aún "se aprecian "faltantes tanto en los puntos comercializadores en moneda nacional como en divisas".
El problema, aseguran las autoridades, está en la empresa estatal Ensal, la única productora en Cuba, que gestiona 7 unidades (fábricas) en la costa norte y dos en la costa sur. Esta entidad se encarga de la extracción, procesamiento y transportación de la sal y sus derivados: necesitan al menos 90 días para obtenerla.
La culpa que o haya sal, según el Granma, es del huracán Irma, que destrozó seis salineras cubanas. Pero también ha influido la escasez de yodo, un producto que hay que importar y que obligó a parar dos meses la producción entre octubre y noviembre de 2017. Además, hay problemas con los envases.
Antes de que pasara el ciclón había reservas de sal para tres meses. Ahora no hay. La sal se distribuye según va saliendo de las fábricas. Lo notan especialmente en Sancti Spíritus y Las Tunas, donde hay faltante.
Otro problema que aqueja al sector es la calidad, que la empresa achaca a la maquinaria obsoleta, pero también al "descuido humano".
La sal no se distribuye en Cuba de la misma manera. En las zonas rurales tocan a 1 kilogramo por consumidor, mientras que en las ciudades depende de cuántas personas componen el núcleo familiar.
Del 100% de la producción de Ensal, el 70% se destina al consumo de la población. El resto se distribuye entre la industria electroquímica, suministro agropecuario, piensos y cadenas de tiendas.
Este último ramo (tiendas) tenía asignado en el primer trimestre del año el 30% de la sal Caribeña, que se elabora específicamente para su venta en divisas. Sin embargo, la entrega falló en enero. La estabilización del suministro empezará por La Habana, luego Santiago de Cuba, Guantánamo, las provincias occidentales y finalmente, el resto del país. La ministra de Comercio Interior, Odalis Escandel García, aseguró que la venta liberada comenzaría a estabilizarse desde el pasado mes de abril, pero a día de hoy no está solucionado.
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