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El exitoso modelo cubano Juan Betancourt ofreció una singular entrevista para el diario El Mundo. En respuestas cortas, el joven expuso cuáles son los misterios de su personalidad, sus vicios y lo que para él significa La Habana.
El cubano aseguró que tenía un vicio: "El fútbol. Estoy viciado y es sano, creo yo", pero aclaró que la naturaleza le ha negado ser un mejor jugador.
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Viaja constantemente de una ciudad a otra por compromisos de trabajo pero para Betancourt la Isla sigue siendo un lugar al que siempre volvería. Cuando le preguntaron cómo llenaría un año sabático no dudó en contestar: “Con unas vacaciones en Cuba”.
“Siempre me encontrarías en La Habana”, aseguró cuándo la periodista le dijo que si era allí a donde iría si un día decidía perderse. Para él su recuerdo más recurrente es su infancia en la Isla y sus amigos. "Me hace muy feliz recordar todo eso".
Se considera una pesona impulsiva a quien le cuesta contar hasta diez pero tiene la fórmula para superar un mal día: "Un ron con coca cola".
Aunque no come dulces, el cubano dice que siempre que puede se permite una barra de chocolate.
Le desquicia la gente maleducada y no le gusta que le pregunten por su vida personal. Hay algo que siempre le hace feliz escuchar: que es una buena persona.
Betancourt emigró a España hace varios años y comenzó su carrera como modelo con una campaña de Tom Ford. Desde entonces comenzó a conocerse en todo el mundo y ha acaparado portadas de las principales revistas internacionales de moda.
Actualmente está dedicado al mundo de la actuación que, según ha dicho, le apasiona. El joven acaba de estrenar 'Las leyes de la termodinámica'. En la vida personal, parece irle muy bien. Su noviazgo con Rocío Crusset va viento en popa.
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