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El hombre más rico del mundo confiesa que no sería quien es sin el apoyo de su padrastro cubano

Defiende que el apoyo familiar es el secreto para poder emprender. "Ese amor es el que ayuda a tomar decisiones arriesgadas", dice.

Jeff Bezos, a la izquierda, durante una entrevista en The Bush Center Forum. © Jeff Bezos / Twitter
Jeff Bezos, a la izquierda, durante una entrevista en The Bush Center Forum. Foto © Jeff Bezos / Twitter

Este artículo es de hace 5 años

El empresario más rico del mundo, Jeff Bezos, dueño de Amazon, ha confesado que no sería quien es de no ser por su padre cubano. Lo ha dicho en una entrevista concedida a Mathias Döpfner, CEO de Axel Springer, empresa matriz de Business Insider, que le entregó en Berlín el Axel Springer Award 2018.

De su padre cubano, Bezos comentó que era un inmigrante que llegó en los años 60 a los Estados Unidos con 16 años y estuvo en un campo de refugiados en los Everglades. "Cuando tienes personas que te apoyan como mis padres y Mackenzie (su esposa) terminas arriesgándote porque sabes que alguien te respalda". Ese amor familiar, añadió, es el que ayuda a tomar decisiones arriesgadas.

El padre de Bezos, Miguel (Mike) conoció a la madre de Bezos en Albuquerque y se casó con ella cuando Jeff tenía 4 años y su padre biológico lo había abandonado. Luego Mike consiguió una beca para estudiar en la Universidad de Nuevo México y de ahí se mudó con la familia a Houston, donde trabajó 30 años como ingeniero en Exxon.

Cómo llegar a ser un emprendedor

Con Döpfner, Jeff Bezos ha hablado además de cómo vive las críticas del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, que lo acusa de hundir negocios locales y de pagar poco por el uso del servicio de Correos. También contó cómo construyó su imperio desde la nada, según recoge Business Insider.

En la entrevista, Bezos confiesa que desde que era niño quería ser emprendedor y soñaba con tener su propia empresa. De hecho admite que siempre que veía algo tenía la sensación de que se podía mejorar. Esa, en su opinión, es la cualidad que deben tener los emprendedores: preocuparse por cómo mejorar las cosas y prestar más atención a sus clientes que a sus competidores. Es a lo que él llama tener un "enfoque ganador".

Su espíritu emprendedor, comenta Bezos, viene de su infancia, que él define como afortunada, no sólo porque en cuarto grado tenían una computadora en la clase, donada por empresas del centro de Houston, sino también porque su madre, su padre, su abuelo, su hermano bombero y su hermana cuidaron mucho de él. A día de hoy, su madre todos los veranos se queda con todos los nietos para que él y sus hermanos puedan irse juntos de viaje.

Jeff Bezos nació en 1964 cuando su madre tenía 17 años y estudiaba en una escuela secundaria de Albuquerque, en Nuevo México. Su abuelo tenía un rancho en el sur de Texas, donde él pasó todos los veranos desde los 4 hasta los 16 años. Desde su infancia hasta su adolescencia él estuvo convencido de que ayudaba a su abuelo en la granja. De esa época aprendió a valerse por sí mismo porque su abuelo lo resolvía todo solo. De él aprendió que "es más difícil ser amable que inteligente".

Recibió esa lección durante un viaje en auto con sus abuelos. Su abuela fumaba mucho y en la radio un anuncio decía que por cada bocanada se perdían tantos minutos de vida. Él hizo la cuenta y le dijo a su abuela cuántos años de vida acababa de perder. Fue entonces cuando su abuelo lo sacó del vehículo y le dijo: "Un día descubrirás que es más difícil ser amable que inteligente".

El salto a Amazon

Cuenta Jeff Bezos que fue en 1994 cuando, recién casado, le dijo a su esposa, Mackenzie, que dejaba su trabajo en la banca de inversión en Wall Street y se mudaba a la otra punta de Estados Unidos a montar una librería por internet. "¿Qué es internet?", le preguntó ésta. Más tarde le dijo que era una idea "genial". Ella sabía que su sueño era emprender y lo ayudó. De hecho, llevó la contabilidad de la empresa el primer año, sin tener mucha idea de eso, pero lo hizo bien pese a que ella es novelista. Fue la mejor alumna de la Nobel de Literatura, Toni Morrison, comenta orgulloso Jeff Bezos.

"He ganado esa lotería, de tener tantas personas en mi vida que me han dado ese amor incondicional, y creo que MacKenzie es definitivamente una de esas", dijo el empresario.

Desde el primer momento Jeff Bezos eligió montar una librería porque sabía que podía vender más libros que cualquier tienda física. Así llegó a tener 3 millones de títulos en catálogo frente a los 150.000 que podía tener el establecimiento más grande. Empezó su negocio solo con 10 personas en la empresa y la mayoría eran informáticos. Se sorprendió con la cantidad de libros que vendió en los primeros 30 días. Entonces todos tenían que dedicarse a empaquetar libros para enviarlos.

Todo iba bien hasta que en 1995 Barnes & Noble, el gigante de los libros en Estados Unidos, abrió su sitio web. Habían pasado dos años del surgimiento de Amazon. Para entonces, la compañía tenía 125 empleados y 60 millones de ventas al año. Se enfrentaban a un gigante que daba trabajo a 30.000 personas y vendía 3.000 millones anuales. La salida que Jeff Bezos encontró fue centrarse en mantener contentos a sus clientes y olvidarse de su competidor.

Actualmente Amazon da trabajo a 566.000 personas. Esta cifra se ha alcanzado en los últimos ocho años, porque en 2010 tenía sólo 30.000 trabajadores. A la pregunta de si es cierto que sus empleados están descontentos con sus condiciones laborales, Bezos niega la mayor. El empresario asegura que cuando recibe críticas, lo primero que hace es preguntarse si tienen razón quienes le critican. Si es así, cambia. Si no, sigue adelante.

Uno de esos errores memorables, recuerda Bezos, fue cuando decidieron regalar la novela "1984", de George Orwell, con el Kindle. Al darse cuenta de que tenían problemas con los derechos de autor, lo eliminaron del Kindle sin entender que eso es como entrar en la habitación de los clientes y robarles el libro de las estanterías. Entonces fueron duramente criticados y con razón.

Bezos considera que todo buen emprendedor tiene que estar dispuesto a ser malentendido y criticado y si no se siente capaz de afrontarlo lo mejor será que no emprenda. También cree que la gente, cuando llega a los 80 años, sólo se arrepiente de las cosas que no hizo.

En cuanto a las críticas del presidente Trump, Bezos asegura que las lleva bien. Está dispuesto a que le investiguen, incluso cuando la prensa lo hace primero que las agencias gubernamentales.

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