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La fotógrafa italiana Carolina Sandretto, radicada en New York, pasó los últimos cuatro años en Cuba documentando el estado actual de los 398 cines con los que hoy cuenta la Isla, un amplio trabajo visual y de investigación que arroja algunas luces sobre el prolongado proceso de depauperación por el que atravesaron estos recintos.
"Como nunca tuve un mapa preciso de dónde estaban ubicados los cines o si aún existían, cada uno fue un descubrimiento y un logro en sí mismo", dijo la artista al portal de exploración urbana, viajes y fotografía Atlas Obscura.
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Para este proyecto, convertido ahora un libro llamado Cines de Cuba, Sandretto recorrió el país en busca de los cines-teatros restantes, algunos de las cuales siguen en funcionamiento, otros reacondicionados y otros abandonados.
"Entre los años 1900 y 1950, Cuba era una isla próspera que vivía bajo la influencia de los Estados Unidos", explica Sandretto. Según su investigación, para el año 1955 ya existían unas 600 salas de cine en el país y unas 147 en La Habana, “más que París y Nueva York juntas”, asegura.
Algunos de estos cines fueron financiados por compañías cinematográficas estadounidenses, como el caso del ahora Cine Yara, que la Warner Bros. abrió en 1947.
El Yara es uno de los pocos cines cubanos que permanecen operativos hoy. "Durante los años de la Revolución Cubana, los cines fueron expropiados a sus dueños y han permanecido desde entonces en manos del gobierno", apunta.
"Desafortunadamente, los fondos (del gobierno) han sido bastante escasos y mantener una cantidad tan grande de cines ha sido imposible. En los últimos 50 años, casi el 80 por ciento de los cines han sido cerrados", sostiene.
En la actualidad, solo 19 de estos cines están equipados para mostrar películas digitales.
"En La Habana, algunos cines han vuelto a abrir sus puertas como cines, mientras que algunos artistas han comenzado a usarlos para compañías de danza, como el Arenal y el Mara. En el resto del país, la población se está aprovechando lentamente de estos espacios enormes y está creando escuelas de baile, centros para adultos mayores y jóvenes".
"Va a ser un proceso lento, pero personalmente creo que los cines tendrán una nueva vida en los próximos años", considera la fotógrafa.
Según reseña el portal, las instantáneas de Sandretto se enmarcan de acorde al estilo arquitectónico de cada edificio con algunos de los alrededores. “En el Fenix de La Habana, hay ropa colgando en el frente para las familias que ahora viven dentro; en el Apolo, los hombres se sientan en el escalón, esperando el autobús”.
Además del libro, la fotógrafa creó un sitio web con un mapa interactivo que muestra los cines que visitó en todo el país, con algunas notas sobre la historia y el estado de cada uno.
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