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Isabella Lövin, ministra de Cooperación Internacional de Suecia, admitió ayer jueves en un debate sobre Cuba en el Parlamento de ese país, que la sociedad civil y el movimiento democrático en la Isla tienen un papel legítimo en las discusiones sobre la implementación del acuerdo entre el Gobierno de Cuba y la Unión Europea (UE).
Después de una exposición sobre el tema, Lövin respondió a varias preguntas de la legisladora del Partido Liberal, Maria Weimer, quien declaró que "después de 58 largos años, ya no es un Castro el principal líder de Cuba. Desafortunadamente, no hay mucho más que sea nuevo. Cuando los EE.UU. liberaron su embargo, las expectativas de que habría un cambio eran altas. Muchos esperaban la apertura política, tal vez incluso más libertad de expresión y democracia".
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Y añadió que ha ocurrido lo contrario y que "el movimiento democrático" ha continuado siendo hostigado. Maria Wimer preguntó a la ministra de Cooperación Internacional cómo actuará Suecia a partir de ahora, y la emplazó directamente: "¿Cuándo comenzará el Gobierno a reclamar al dictador de Cuba, y qué queremos lograr con nuestra cooperación con Cuba hoy?"
Lövin afirmó que su Gobierno ha apoyado durante mucho tiempo a las fuerzas democráticas en Cuba, y que no ve razón para retirarles el apoyo, cuyos esfuerzos están centrados en la cooperación para el desarrollo.
En otro momento, Weimer consideró que Suecia puede hacer más, y que un camino es conseguirlo a través de la Unión Europea (UE). Pidió, además, que cuando la Unión Europea vaya a implementar el acuerdo que tiene con Cuba, se invite al movimiento democrático, quienes hasta ahora no han participado en la redacción del acuerdo, pero que deberían tener un asiento formal en la mesa, y ser reconocidos.
Sobre el acuerdo específico que el Gobierno de Suecia tiene con el Gobierno cubano, insistió en que se podrían hacer mayores demandas sobre derechos humanos y la democracia.
El director para América Latina de Civil Rights Defenders, Erik Jennische, destacó que esto "significa que hay fuerzas políticas que exigen una posición más favorable al movimiento democrático en la Isla que la línea de la actual jefa de la Diplomacia europea, Federica Mogherini".
Durante su visita a comienzos de año a Cuba, Federica Mogherini, en medio de las nuevas tensiones entre Cuba y EE.UU., apostó por "tender puentes y abrir puertas" entre la Isla y el bloque comunitario mediante el diálogo y la cooperación para implementar su primer acuerdo bilateral, que entró en vigor en noviembre de 2017.
Pese a que en su discurso la jefa de la Diplomacia Europea destacó que el acuerdo también permitiría "fortalecer un diálogo sobre derechos humanos", algunos estados miembros de la Unión continúan considerando que hay tibieza en el abordaje del asunto de los derechos humanos con Cuba, como ha quedado demostrado en este reciente debate en el seno del Parlamento sueco.
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