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El presidente de Francia, Emmanuel Macron, arribó este lunes a Washington en compañía de su esposa Brigitte para realizar una visita de Estado de tres días a Estados Unidos.
Esta es la primera vez que el presidente Donald Trump funge como anfitrión de una visita de Estado, desde que asumió el poder en enero de 2017.
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La agenda de Macron estará marcada por las diferencias entre el Gobierno norteamericano y Europa en lo relativo al acuerdo nuclear iraní y sobre las relaciones comerciales.
El Gobierno iraní instó a los líderes europeos a convencer al presidente Donald Trump para que no abandone el pacto nuclear firmado en 2015 por Teherán y por otras seis potencias. El acuerdo logró frenar el programa nuclear de la república islámica a cambio de un término de las sanciones que habían sido impuestas.
El presidente francés dijo ayer domingo que no hay un "Plan B" para reemplazarlo, y a su llegada a Washington declaró: "Esta visita es muy importante en el contexto actual, con tantas incertidumbres, problemas y por momentos amenazas”.
Por su parte, Mohammad Javad Zarif (ministro de Relaciones Exteriores de Irán) pidió respaldar el acuerdo, y escribió en Twitter: "Es todo o nada. Los líderes europeos deberían instar a Trump a quedarse en el acuerdo nuclear, pero más importante, a implementar su parte del trato de buena fe".
Sin embargo, poco después de la llegada de Macron a EE.UU., la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, precisó que no tenía nada que anunciar respecto al acuerdo nuclear.
Y añadió: "El presidente ha sido extremadamente claro respecto de que cree que este es un mal acuerdo. Eso claramente no ha cambiado".
Macron y Trump cenarán esta noche en Mount Vernon, hogar de George Washington, cuya alianza con Francia fue decisiva para lograr la victoria sobre Reino Unido.
Emmanuel Macron y Donald Trump iniciaron un acercamiento diplomático hace un año en Bélgica con un fuerte apretón de manos.
Mientras otros líderes europeos han optado por mantecer cierta distancia de Trump, Macron ha trabajado arduamente para permanecer cerca del presidente de EE.UU., y ambos líderes hablan a menudo por teléfono.
Macron también desea persuadir a Trump para que excluya a las naciones europeas de unos aranceles impuestos al acero que forman parte del plan del presidente estadounidense para reducir un déficit comercial crónico con países de todo el mundo, especialmente con China.
Por otra parte, la visita de Macron a EE.UU. se produce en un momento de creciente alarma en Europa por el efecto dominó que tendrían las sanciones de Estados Unidos sobre Rusia para sus propias industrias manufactureras.
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