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El nuevo presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Mario Díaz Canel, prometió en el discurso pronunciado tras la votación de los 605 delegados de la Asamblea Nacional del Poder Popular (604 le dieron su apoyo), que "cambiará todo lo que deba ser cambiado".
La frase contradice una intervención en la que hizo mucho hicapié en remarcar el carácter continuista de su mandato, hasta el punto de asegurar que las "decisiones de mayor trascendencia para el presente y el futuro" de Cuba serán consultadas a Raúl Castro. Asimismo dejó claro que no habrá espacio en su legislatura para una transición al capitalismo porque él se va a centrar en "perfeccionar el socialismo".
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Lo de cambiar "todo lo que deba ser cambiado" deja fuera a la escena internacional porque el ya presidente de Cuba se encargó de recalcar que "la política internacional se mantendrá inalterable".
En este punto envió mensajes en clave a Estados Unidos sin mencionarlo: no habrá negociación si no es de igual a igual y no pasará por alto "el desprecio a las naciones pequeñas".
Díaz-Canel lanzó un aviso a navegantes, dirigido también a aquellos que dentro y fuera de Cuba dudan de su capacidad para dirigir el país. "Afuera hay un mundo con más incertidumbres que certezas", reconoció, pero advirtió de que no va a "acomodarse en la gloria de los que le preceden".
Entre sus promesas entra, además, evitar "improvisaciones que irriten a la población". Por eso reclamó para su Gobierno "el apoyo decisivo del pueblo cubano".
Por otra parte, incidió en la necesidad de que los medios de comunicación y de propaganda cubanos, a los que no mencionó directamente, sean "más creativos" para conseguir con las nuevas tecnologías, "inundar internet" con su verdad.
En su discurso, Díaz-Canel enumeró los que, en su opinión, son rasgos distintivos de los cubanos: "Somos Cuba, resistencia, alegría, creatividad, solidaridad y vida".
Todas estas frases las coronó con consignas del tipo "La Revolución cultural sigue de verdeolivo", "La Revolución continuará con unidad e independencia" o la promesa de "defender hasta el último aliento lo que ganó la generación histórica". Por supuesto no faltaron el "Patria o Muerte" y el "Socialismo o Muerte".
Los cubanos que esperaban una promesa de Díaz Canel que aludiera a la salida de la grave crisis económica que vive el país, sólo pueden agarrarse a una frase: Él promete "avanzar sin prisas pero sin pausas".
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