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Madrid, 9 abr (EFE).- Con una llamada a las 3 de la mañana se resolvieron 7 años de distancia geográfica y musical para la vuelta a la vida de Orishas, pioneros en la fusión de folk caribeño y hip hop "con calidad", un sello que pretenden imponer otra vez en este género con su actual gira e inminente nuevo disco de estudio.
"Ahora mismo en la industria latina mundial falta algo como nosotros, buen 'mainstream' urbano. Hay mucho producto urbano exitoso, pero todo es 'fastfood'", opinan los integrantes de esta veterana formación cubana, para quienes "el fenómeno de las letras fáciles del verano se ha convertido en una tendencia mundial que funciona todo el año".
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Para contrarrestarlo, llevan cocinando a fuego lento durante año y medio un disco "con marcha de chef" al que no han dudado en titular "Gourmet" y que podría ver la luz a mediados de mayo.
Con la única ausencia circunstancial de Roldán González, así lo anuncian en una entrevista con Efe dos de sus miembros, Ruzzo Medina y Yotuel Romero, quienes venían de participar en un proyecto previo, Amenaza, antes de la formación de Orishas.
"Nos dimos cuenta de que, a pesar de ser cubanos, lo que hacíamos era una imitación de los americanos, rapeado en español. Para meterle identidad, buscamos un cantante que tuviera ese mundo, mientras nosotros le poníamos la calle", rememoran.
Para ello, fue fundamental salir de Cuba, donde no había productores de hip hop, aunque sin romper nunca el vínculo con la isla. "Habría que destilarse toda la sangre del cuerpo para romperlo", aseguran.
Así acabaron en París, sobreponiéndose a unos inicios duros en los que tuvieron que dormir tres meses en el metro. "No queríamos hacer como otros cubanos, que se juntaron con mujeres las quisieran o no para tener papeles y un techo. Queríamos triunfar por nuestro talento. Si había que compartir la colcha y la comida, se hacía", afirman.
Perseverando, lograron la atención del público y su equilibrio de estilos halló hueco en el panorama global, convirtiéndose en uno de los cuatro pilares sobre los que se sostiene el auge de la música urbana latina actual.
"Tego Calderón encaminó el reguetón a algo más serio, con mejores letras; Daddy Yankee representó la parte más comercial y Héctor Alfave fue la más gangsta, el maleanteo, mientras que Orishas originó Calle 13 y todo el movimiento urbano más gourmet", enumeran.
Con un millón de copias vendidas de sus discos, revolucionaron el mercado con su disco debut, "A lo cubano" (2000), y en 2003 con "Emigrante" obtuvieron su primer Grammy Latino, al que seguiría otro en 2007 con "Pal Norte", dueto junto a Calle 13, para dejar un legado sonoro que, según ellos, se percibe aún hoy.
"'Havana' de Camila Cabello es Orishas, por ejemplo", consideran.
En 2009, llegó la disolución. "Empezamos a tener pensamientos separados, con inquietudes musicales distintas, y decidimos darnos libertad. Eso salvó la banda para reunirnos años después", piensan.
Esta reunificiación surgió cuando Yotuel Romero, quien en los últimos años se granjeó reputación internacional como productor y compositor de éxitos para artistas pop internacionales como Ricky Martin, viajó a Cuba en busca de artistas singulares para su propio sello y se dio cuenta de que lo que buscaba era a Orishas.
"Mi objetivo como productor es intentar rejuvenecernos y amplificar nuestro sonido con nuevos horizontes", anticipa este artista que no reniega de la etiqueta "comercial" porque "Jay-Z y Kanye West lo son". "No existe lo comercial o lo alternativo. Todo está en dependencia de su éxito", defiende.
No obstante, previene que tiene claras las líneas maestras de Orishas. "Quincy Jones me dijo que un productor es como un pescador: antes de salir hay que saber lo que vas a pescar. El tiburón no pica con la carnada del pango o del jurel. Yo no voy a hacer 'La Mordidita' para Orishas, porque la grandeza de un productor es saber cuál es el anzuelo a utilizar", subraya.
Antes de la salida del álbum, ya hacen las delicias del público con una gira, "El regreso de los dioses", en la que suenan algunos de los temas nuevos y que vivió "el bautizo" de su regreso en Cuba.
"Para Orishas no hay público frío. El que está frío lo calentamos y al que está caliente lo hervimos. Donde no se engaña al público es en el directo y es lo que nos ha hecho a nosotros quienes somos", presumen estos "dioses" cubanos.
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