Le roban dinero y pasaporte en Cayo Coco, detienen al ladrón y la dejan 7 horas en la Policía

La odisea de una turista candiense en Cuba.

Ceilidh Cherrett. © Ceilidh Cherrett / Facebook.
Ceilidh Cherrett. Foto © Ceilidh Cherrett / Facebook.

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Este artículo es de hace 6 años

Ceilidh Cherrett es una turista canadiense que viajó a Cuba hace una semana. No fueron las vacaciones con las que había soñado. Tuvo problemas con la limpieza de la habitación, con la reposición de toallas y el papel higiénico en el hotel Playa Cayo Coco, donde se alojaba. Tampoco funcionaba el teléfono. Otras "ocho o nueve personas" se quejaron de lo mismo, explicó la damnificada a la CBS.

Pero lo peor estaba por llegar. Al tercer día, un hombre le robó su bolso de la tumbona de la playa. Llevaba dentro su pasaporte y el dinero de sus vacaciones, que no quiso dejar en la habitación del hotel porque la caja fuerte estaba rota.


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El ladrón fue interceptado por los guardias de seguridad del hotel que lo entregaron a la Policía, mientras contaba los billetes robados del bolso de Cherrett en un rincón. Llevaba además encima pasaportes de turistas suizos y australianos a los que también había desvalijado.

Cuenta Cherrett que la metieron en la misma patrulla de la Policía junto al ladrón sin que hubiera dentro ningún agente. Al llegar a la estación de Policía, cuando lo cachearon, el delincuente llevaba una pequeña navaja encima. Los agentes de la PNR obligaron a la turista canadiense a permanecer 7 horas en la Unidad policial. Como el delincuente era de Morón, pidieron a la turista canadiense que se presentara al día siguiente en la estación de Policía de esa ciudad y la amenazaron con retirarle el pasaporte si no lo hacía.

Cherret se puso en contacto con la Embajada de Canadá y le dijeron que no se acercara a Morón sino a los consulados de La Habana o Varadero, mucho más alejados de Cayo Coco, donde se encontraba. Fue entonces cuando publicó una llamada de socorro en su Facebook.

En ella pedía asesoramiento legal a sus amigos, porque se sentía atrapada en Cuba, en un hotel sucio, sin teléfono para llamar a Canadá y encima, enferma de la garganta.

De vuelta a Halifax, su ciudad, la más grande de la provincia canadiense de Nueva Escocia, Cherrett espera poner una queja a Air Transat, la compañía que le vendió las que han sido las peores vacaciones de su vida.

Hace unos 5 meses, las autoridades canadienses alertaron a los ciudadanos de su país que tuvieran cuidado en Cuba con los jineteros. En esa misma alerta les pedían que evitaran viajar a Cayo Coco y Cayo Santa María, porque ambos habían sido destrozados por el paso del huracán Irma.

No es la primera vez que una turista canadiense sufre un percance en Cuba. Hace ocho meses la joven Alex Sagriff, de 18 años, falleció por causas desconocidas.

Algo similar le ocurrió a Barb Johnston, de 54 años, una compatriota suya que enfermó y murió en Cuba. Fue ingresada en la Isla por un resfriado en un hospital que, según explicó su marido en su momento, era lamentable. Al no experimentar mejoría la trasladó en avión a Miami y de ahí a Canadá, donde murió sin que se supiera cuál había sido el motivo de su deceso.

Sobre las terrible condiciones de los hospitales a los que son trasladados los turistas en Cuba, dio fe el canadiense Nicole Antinello, que aseguró que su hijo de 7 años había sido operado de urgencia, de una apendicitis, en un centro hospitalario que parecía "una zona de guerra".

Sin embargo, uno de los casos más mediáticos fue el de un turista canadiense que fue obligado a pagar 5.000 dólares por romper un televisor en un resort de Varadero.

Canadá es el segundo mercado emisor de turistas a Cuba, sólo superado por los Estados Unidos. Le siguen España, Francia. Italia y Alemania.

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