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Siendo una adolescente, la Avellaneda fue llevada por su familia a España, luego de que su infancia transcurriera en la villa de Puerto Príncipe, actual Camagüey. La experiencia del viaje, convertida en el poema Al partir, se transformó en himno para los miles de cubanos precisados al exilio.
1. Los numerosos versos publicados en España llevaban el seudónimo de La Peregrina, en alusión a la pena del destierro, y a su destino itinerante. Estos versos le granjearon notable reputación, sobre todo la colección titulada Poesías, de 1841.
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2. En 1839 conoce a Ignacio de Cepeda y Alcalde, que será el gran amor de su vida aunque él nunca le correspondió con la misma pasión. Para Cepeda escribió Tula una gran cantidad de cartas que se atrevieron a mostrar sus anhelos más íntimos.
3. El poeta Gabriel García Tassara logró conquistarla y sobresalir entre los múltiples admiradores de la hermosa mujer. Ella quedó embarazada y soltera, abandonada por García Tassara, en el Madrid de mediados del siglo XIX.
4. En 1845 obtuvo los dos primeros premios de la competencia poética organizada por el Liceo Artístico y Literario de Madrid, y en abril tuvo a su hija, que murió con siete meses de edad. La amargura la guiaba cuando escribió sobre “este mundo tan pequeño, tan insignificante para dar felicidad, y tan grande y tan fecundo para llenarse y verter amarguras”.
5. En 1846 se casó con Pedro Sabater, pero al poco tiempo el esposo enfermó y murió. Gertrudis se recluyó en un convento y compuso dos elegías que se cuentan entre lo más destacado de su obra poética.
6. En 1854 presentó su candidatura a la Real Academia Española pero el sillón fue ocupado por un hombre. Dos años después se casó con un político de gran influencia, Domingo Verdugo.
7. Tula regresó a Cuba en 1859 con la esperanza de que el clima le sentara. En su país natal, Tula fue proclamada poetisa nacional en el Liceo Nacional. Por seis meses dirigió una revista titulada Álbum cubano de lo bueno y lo bello (1860).
8. En 1863 regresó a Madrid, y muere su esposo, lo que acentuó su espiritualidad y devoción religiosa, como se muestra en Dedicación de la lira de Dios, Soledad del alma o La cruz. La Avellaneda murió diez años después, a los 58 años de edad.
9. Su poesía es considerada entre las mejores de su época por su capacidad para mostrar los estados emocionales derivados de la experiencia amorosa, el vacío espiritual y el anhelo insatisfecho: “Yo como vos para admirar nacida, / yo como vos para el amor creada, / por admirar y amar diera mi vida, / para admirar y amar no encuentro nada”.
10. Es considerada precursora de la novela femenina hispanoamericana gracias a títulos como Sab, Dos mujeres (invectiva contra el matrimonio) y Guatimozín. Al teatro español aportó las románticas Leoncia y Baltasar, considerada su obra cumbre en el ámbito dramático, y la comedia La hija de las flores. Una de las principales salas de teatro en La Habana lleva su nombre.
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