Superada, en cuanto al número de postulaciones a los Premios Platino, solo por la chilena Una mujer fantástica y por la argentina Zama, la película cubana cuenta nada menos que con siete nominaciones, lo cual la sitúa, perentoriamente, entre los mejores filmes iberoamericanos de los últimos años.
El filme, que contó con una recepción más bien tibia en Cuba, y que críticamente ha recibido opiniones divididas, se cuenta entre las producciones cubanas más reconocidas en esta década, tal vez porque logra definir el indefinible estado mental de muchos cubanos en esta época a partir del contraste entre los personajes que interpretan, magistralmente, Jorge Martínez y Patricio Wood.
Los Premios Platino la reconocieron en los acápites de mejor película (fuerte competencia de la chilena Una mujer fantástica, ganadora del Oscar), mejor dirección (Fernando Pérez se enfrenta con los españoles Alex de la Iglesia e Isabel Coixet, y la argentina Lucrecia Martel), mejor guión y mejor interpretación masculina (Jorge Martínez se bate con monstruos como Javier Bardem por Loving Pablo, Alfredo Castro por Los perros o Daniel Giménez Cacho por Zama).
A las cuatro nominaciones antes mencionadas, Últimos días en La Habana unió otras tres: montaje (Rodolfo Barros), sonido (Sheila Pool) y fotografía, un renglón en el cual el maestro Raúl Pérez Ureta se enfrenta con los diseñadores de imágenes de Una mujer fantástica, La cordillera y Zama.
El cine cubano alcanzó otro triunfo en los Premios Platino gracias a la nominación de la exitosa El techo, ópera prima de Patricia Ramos, precisamente en la categoría de Mejor Ópera Prima de Ficción Iberoamericana, junto con la colombiana La defensa del dragón, las españolas La Llamada y Verano 1993, la argentina La novia del desierto, y la chilena Mala junta.
El techo también fue nominada en la categoría de mejor música, una categoría en la cual contienden los cubanos Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán con los españoles Alberto Iglesias y Alfonso de Vilallonga y el brasileño Plinio Profeta.
Últimos días en La Habana y El techo restablecen la participación triunfal del cine cubano en los Premios Platino luego de un par de años con una participación mucho menos destacada.
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