Vídeos relacionados:
Si alguna vez hubo una bronca que influyó decisivamente en el resultado final de un campeonato de pelota, esa fue la que armó el receptor Lisbán Correa el 28 de febrero de 2010 en el estadio espirituano José Antonio Huelga.
Por entonces los dueños de casa gozaban de uno de los mejores equipos del país, y salieron como favoritos de la mayoría de expertos y fanáticos en su duelo de postemporada frente a los Leones de Industriales.
Lo más leído hoy:
Sin embargo, a la altura del noveno capítulo llegó el punto de giro de esa historia. Después de una advertencia arbitral por un envío pegado, el lanzador Yanier Sosa golpeó intencionalmente a Correa y éste salió bate en mano y a toda carrera camino del montículo.
Sosa salió a todo dar rumbo al center field, detrás iba hecho una furia el agresor al que había agredido poco antes, y aquel sector del campo se llenó en unos segundos de toda la plantilla industrialista, una parte del conjunto anfitrión y una legión de policías que, a tenor con los videos que se diseminaron enseguida, decidieron hacer uso de la fuerza para controlar la situación.
¿Que cómo terminó la pelea aquella? Pues Correa fue separado del campeonato, a Sosa lo sancionaron por tres días, y cinco jugadores recibieron un castigo de un choque per cápita: los espirituanos Yoani Delgado y José Luis Sáez, y los capitalinos Stayler Hernández, Eliut Torres y Frank Camilo Morejón.
Pero la consecuencia principal no fue ninguna de esas, sino que los desagradables incidentes que se suscitaron pusieron por el cielo los ánimos del equipo azul, que venció en esa serie y también en la final versus Villa Clara.
Simple y llanamente, fue menos una victoria del talento que del orgullo herido.
Archivado en: