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Poca remuneración de los actores, apoyo económico insuficiente para la producción y carencia de un estudio con condiciones técnicas aceptables, son algunos de los problemas que enfrenta el equipo creativo del popular show cubano “Vivir del Cuento”.
La serie humorística cubana más vista en la Isla y en el extranjero, afronta una serie de obstáculos técnicos que hasta el momento no habían sido revelados por el reparto de actores, ni por sus realizadores.
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En entrevista con el Portal de la Televisión Cubana, Ignacio Hernández Benitea, director del programa emitido cada lunes en la noche, confesó que el estatal ICRT no provee al equipo con un soporte económico que permita estimular los resultados en cuanto a calidad, índice de audiencia e impacto social.
Según explicó Hernández Benitea, el show no cuenta “con un sistema productivo que permita mayores libertades para satisfacer la demanda creativa que genera el programa en algunas ocasiones”.
“Existe poco tiempo de grabación para un programa con estas características; ni se cuenta con una fórmula que permita el trabajo en equipo de los guionistas, o sea que un guion este escrito por más de un escritor sin que se afecte la remuneración”, señaló.
Asimismo, el realizador lamentó que el programa no se pudiera valer de un equipo técnico estable “donde se pueda cultivar la profesionalidad y el sentimiento de pertenencia”.
Por otro lado, según sus declaraciones, el estudio donde se acomete la grabación de cada episodio no cuenta con las mejores condiciones técnicas. En pleno siglo XXI, el célebre programa se graba de manera totalmente analógica, indicó.
Gracias al trabajo de dos de sus guionistas más estables, Jaime Fort y Antonio Berazaín, la serie que protagoniza el queridísimo Pánfilo (Luis Silva), ha logrado desde hace varios años récords de aceptación entre el público cubano, los que habitan en la Isla y los que no.
En marzo de 2016, el presidente Barack Obama se unió al reparto del programa para “presentarse” al pueblo cubano, durante su visita a la nación caribeña, la primera de un mandatario estadounidense en décadas.
Sobre ese icónico momento, Hernández Benitea recuerda que “fue una oportunidad para hacer valer la fuerza de la televisión, de la comedia, tantas veces subestimada”.
“Sentí reconocimiento al rigor y al trabajo que veníamos haciendo desde hace algunos años, representar a tu país, a tu cultura, donde hay tantos artistas valiosos, sin dudas le asigna un valor añadido a lo que haces”.
En aquel momento, relató el director, “entre Silva y yo elaboramos el guion, nuestra familia igual aportó ideas valiosas al mismo, después lo socializamos con los actores que lo iban a interpretar (Andy Vázquez y Mario Sardiñas)y todos ofrecieron sus ideas”.
“Me parecía un acontecimiento histórico el hecho de que un presidente de un país y su equipo eligieran nuestra obra, la consideraran meritoria y quisieran trabajar junto a nosotros. No era momento de temores sino de asumir la propuesta y ocuparnos de que nos quedara excelente. Era la manera de demostrar que podemos hacer las cosas bien y que no hay que temerle a ningún reto, por complicado que pueda parecer. El resultado fue finalmente bien valorado tanto por ellos, como por nosotros”.
Para el director, sin Luis Silva el programa no hubiera alcanzado la popularidad que goza hoy en día. “Su incesante espíritu de superación constituye un reto y una meta para los miembros del colectivo. Sus valores profesionales y humanos contribuyen a que el programa sea cada día mejor y a que nuestros televidentes admiren y quieran al personaje que interpreta”, dijo.
“Mostrando cada vez más sus posibilidades como actores, habría que destacar también las interpretaciones de Andy Vázquez y Mario Sardiñas, quienes han logrado, con su simpatía y entrega, hacer crecer a sus personajes”.
El realizador también destacó la labor de Omar Franco e Irela Bravo. “Son dos experimentados actores que con el talento, versatilidad y dominio de los códigos del género que los caracteriza, enriquecen el programa y le imprimen variedad y frescura”.
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