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Consciente de la importancia que reviste su próxima pelea ante el bien ranqueado ucraniano Vasyl Lomachenko, el cubano Guillermo Rigondeaux realiza uno de los mejores entrenamientos de su vida. A pocos días del publicitado combate, El Chacal se muestra seguro y listo para la batalla que se avecina.
Guiado por el avezado Pedro Díaz, el santiaguero no para de sudar y perfecciona cada detalle. No es un secreto para nadie que Hi Tech es un tremendísimo boxeador, colmado de aspiraciones y con ganas de vencer a un púgil que nació con el don de dominar hasta la saciedad el arte de Fistiana.
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La seguridad de Rigo ha quedado demostrada en las redes sociales. Las mismas plataformas que lo catapultaron a cerrar el contrato de un duelo visto como algo utópico, ahora reciben a un deportista que filma sus adiestramientos, agradece por la ayuda prestada y reconoce que ésta será la gran oportunidad de su vida, por la que esperó siempre.
En su perfil en Facebook, Rigondeaux escribió los otros días: "Entre más se acerca el día de mi pelea vs Vasyl Lomachenko más me vienen a la mente las razones por las que me hice boxeador. Para mí siempre fue muy importante demostrar que para ser el mejor en algo no hay que ser ni el más grande ni el más fuerte, solo el más inteligente. El próximo día 9 de diciembre en vivo por ESPN pondré en marcha todo lo practicado en Mundo Boxing para este combate y todo lo aprendido durante mis años como boxeador".
Horas después de este post, responsabilizó a todos por esta enorme oportunidad: "Una pelea hecha por la gente y promovida por la gente", señaló, en franca alusión a la presión ejercida por sus seguidores para el sí de Lomachenko y Bob Arum.
El Chacal está ratificando su profesionalismo, su amor perpetuo a la disciplina que tantas glorias le ha brindado, su valentía, sus deseos de demostrar su (a veces cuestionada) calidad, sus ansias de triunfos, pero más que todo está demostrando su buen corazón y su gratitud eterna hacia esos que siempre han manifestado su apoyo absoluto a un púgil extraclase, impopular por no cumplir imposiciones (mal) establecidas en el deporte y convertir en arte la frase "dar y que no te den".
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