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En 1958, en la China de Mao Zedong, el dictador quiso acabar con los gorriones porque se comían el grano de las cosechas. No los dejaban posarse en los árboles, hacían ruidos con ollas y sartenes, incluso los envenenaban, les rompían los nidos y los huevos y de tanto volar y a los pobres les estallaba el corazón en el pecho y morían. Puede que los cubanos tengamos algo en común con esos gorriones chinos. Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en Cuba. El año pasado se registraron en la Isla por este motivo 217,7 fallecimientos por cada 100.000 habitantes. Es un 0,6 menos que en 2015 (218,3), según los datos estadísticos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI).
Sin embargo, en lo de morirnos de un infarto o de una angina de pecho nos parecemos al resto del mundo. La Organización Mundial de la Salud, en 2015 (últimos datos disponibles) detectó que la cardiopatía isquémica encabeza el ránking de las principales causas de defunción en el planeta.
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En Cuba, la lista negra de los diez motivos de muerte la abren desde hace años las afecciones del corazón, seguidas de los tumores malignos y las enfermedades cerebrovasculares. Cierran este listado los suicidios, algo que no es ni medianamente normal y de hecho no está en la lista de las diez causas principales detectadas por la Organización Mundial de la Salud.
El año pasado se registró en la Isla una tasa de suicidios de 12,7 por cada 100.000 habitantes, algo inferior (-0,6%) a los 13,3 de 2015. Este dato nos coloca a un nivel similar al de países como Suecia, Dinamarca o Australia y por encima de Puerto Rico, España o Italia.
Tampoco es normal que los accidentes de tráfico sean la quinta causa de muerte en Cuba, cuando a nivel mundial es la última (la número 10). El año pasado se registraron en la isla 49 accidentes por cada 100.000 habitantes, un 0,7% más que en 2015.
Resumiendo, las principales causas de muerte en Cuba el año pasado fueron las enfermedades del corazón, el cáncer, las afecciones cerebrovasculares, la influenza y neumonía, los accidentes de tráfico, enfermedades crónicas de las vías respiratorias inferiores, enfermedades de las arterias, arteriolas y vasos capilares; la diabetes, la cirrosis hepática y los suicidios.
De la cirrosis hepática hay que destacar que no aparece entre las diez principales causas de muerte detectadas por la Organización Mundial de la Salud y que podría ser consecuencia del alcoholismo, muy tolerado por la sociedad cubana. De hecho, durante el huracán Irma, un campesino confesó a una periodista de un medio oficial que se había emborrachado para poder aguantar el paso del ciclón dentro de su cuartico, porque si no, no habría podido quedarse en su casa.
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