El Hotel Capri en La Habana ha sido incluido como uno de los puntos bajo sospecha en la investigación que está llevando a cabo el gobierno norteamericano en la isla para tratar de aclarar el hasta ahora “misterioso” ataque acústico que Washington asegura han sufrido más de 20 diplomáticos asignados a la embajada de Estados Unidos en Cuba.
Según Associated Press, nuevos detalles sobre esos “ataques a la salud” contra los funcionarios norteamericanos en Cuba indican que los incidentes han sido detectados en habitaciones específicas o en partes de habitaciones.
Las autoridades informaron que los diplomáticos fueron atacados tanto en sus hogares como en el renovado Hotel Capri, a unos 500 metros del Malecón habanero.
El corresponsal estadounidense de AP en La Habana, Michael Weissenstein; y sus reporteros en Washington, Toronto y Nueva York han seguido de cerca la saga de este suceso.
La administración de Trump aún no ha identificado un culpable o un dispositivo para explicar los ataques, según revelan las pesquisas entre más de una docena de funcionarios de Estados Unidos y Cuba.
La mayoría de ellos no están autorizados a discutir sobre el asunto y han pedido anonimato, precisa AP, quien añadió que los investigadores han probado varias teorías acerca de un ataque intencional por parte del gobierno de Cuba, por un tercer país como Rusia o Corea del Norte, o alguna combinación de éstos. Pero también han dejado abierta la posibilidad de que una operación de espionaje haya sido “horriblemente mal” controlada.
Este martes el Departamento de Estado reveló que los médicos habían confirmado otros dos casos, para aumentar a 21 las víctimas estadounidenses, algunos con leve conmoción cerebral y otros con pérdida permanente de audición.
Además, unos cinco funcionarios canadienses fueron perjudicados, entre ellos algunos con hemorragias nasales. Al menos diez hogares de diplomáticos canadienses en Cuba fueron afectados, según una fuente de ese país, pero Ottawa ha evitado implicar en ningún momento al gobierno de La Habana.
Los expertos en sonido y salud siguen desconcertados en cuanto al posible dispositivo causante de estos daños acústicos
"Daño cerebral y las conmociones cerebrales, no son posibles," dijo Joseph Pompei, un ex investigador y experto en psicoacústica. "Alguien tendría que sumergir su cabeza en una piscina repleta de transductores de ultrasonido muy potente".
Otros síntomas incluyen hinchazón, mareos, náuseas, dolores de cabeza severos, problemas de equilibrio y zumbido de oídos. Muchas víctimas han mostrado mejoría desde que dejaron Cuba y algunas sufrieron síntomas sólo leves o temporales.
“Nada de esto tiene una explicación razonable”, dice Fulton Armstrong, un antiguo oficial de la CIA quien sirvió en La Habana antes de la reapertura de la embajada en agosto de 2015. “Es un misterio tras otro”.
El diagnóstico de lesión cerebral leve, considerada poco probable como resultado de un ataque acústico, ha confundido a la CIA, el FBI, el Departamento de Estado y a las agencias de inteligencia de Estados Unidos que participan en la investigación, reseña AP.
Algunas víctimas tienen ahora problemas de concentración o de reconocimiento de palabras específicas, comentaron varios oficiales.
Estados Unidos reveló públicamente estos presuntos ataques en agosto, nueve meses después de que los primeros síntomas fueran reportados, y de que en mayo dos diplomáticos cubanos resultaran expulsados como señal de disgusto de los EE.UU ante lo que consideró una despreocupación del gobierno cubano por la protección de sus diplomáticos. La Habana no expulsó a ningún estadounidense como contramedida.
Expertos del FBI y de la Real Policía montada canadiense viajaron a la Habana para investigar. El gobierno de Cuba ha negado cualquier implicación en el suceso y ha prometido total cooperación en las pesquisas.
Mario Santillán. con información de AP
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