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Las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, culpando a ambos bandos de los sucesos ocurridos en Virginia levantaron fuertes críticas entre los dirigentes del Partido Republicano.
Voces de peso dentro de la organización criticaron que el dirigente pusiera en el mismo nivel a neonazis y antifascistas.
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"Debemos ser claros. El supremacismo blanco es repulsivo. Este fanatismo es contrario a todo lo que este país representa. No puede haber ambigüedad moral", afirmó el presidente del Congreso, Paul Ryan en su cuenta de Twitter.
En la misma línea se expresó el senador John McCain, quien también utilizó las redes sociales para criticar el discurso de Trump. "No hay equivalencia moral entre racistas y estadounidenses en pie para desafiar el odio y la intolerancia. El presidente de Estados Unidos debería decirlo", aseguró.
Por su parte, el gobernador de Ohio y exrival de Trump en las primarias, John Kasich, también se sumó a las críticas contra el magnate. "No hay equivalente moral a los simpatizantes nazis. No puede haber lugar en EEUU, ni en el Partido Republicano, para el racismo, antisemitismo, odio o nacionalismo blanco. Punto".
Estas reacciones aparecieron luego de que el máximo representante de la Casa Blanca valoró lo sucedido en una rueda de prensa en Nueva York. "¿Qué pasa con la alt-left (izquierda alternativa) que atacó a lo que usted llama alt-right (derecha alternativa, racista)? ¿Tienen alguna culpa?", cuestionó el mandatario.
Estas declaraciones fueron acogidas de forma positiva por la ultraderecha norteamericana y el dirigente del Ku Klux Klan David Duke, quien llegó a alabar al presidente por "decir la verdad".
Los hechos, que tuvieron lugar el pasado sábado en Virginia, cuando un joven atropelló a una mujer que se manifestaba en contra de la marcha supremacista.
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