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“Vampiros en La Habana”: obra maestra del dibujo animado y del choteo cubano

El 17 de julio de 1985, en plena programación de verano, se estrenó en Cuba Vampiros en La Habana, devenido con los años filme de culto para toda una generación de cubanos

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Este artículo es de hace 6 años

Luego del éxito conseguido por el Departamento de Dibujos Animados del ICAIC con los largometrajes de Elpidio Valdés, Juan Padrón realizó este primer largometraje de dibujos animados cubanos dirigido a los adultos, y que por lo tanto se ocupa de parodiar personajes no solo del cine de horror y criminal (vampiros y gánsteres o mafiosos) sino también del cine histórico y épico cubano (el filme se ambienta en los años treinta, durante la lucha contra la dictadura de Machado).

Desde el mismo nombre del protagonista, Joseph Amadeus von Dracula, se percibe la intención burlesca del autor, pues ese nombre altisonante es reducido en Cuba al muy familiar y “jodedor” de Pepito. Y el aplatanamiento del personaje no se queda en la adaptación del nombre, sino que también abarca la profesión: es trompetista, y además desconoce que sus ancestros son vampiros, y que su tío, Werner Amadeus von Dracula, el hijo del Conde Dracula, lo está usando como experimento para probar el Vampisol, que le permite a los vampiros someterse a los rigores del astro rey.

Por supuesto que cuando Pepito se entera de sus antecedentes vampíricos, ya lo persiguen pandillas internacionales de vampiros gánsteres procedentes de Chicago y de Europa, de modo que, al igual que los protagonistas de Some Like it Hot, el muchacho es perseguido por los delincuentes de Chicago, pero en lugar de ambientarse en las playas de Miami, la trama tiene lugar en los más diversos barrios habaneros.

La resolución de la trama acontece de la manera más delirante: Pepito canta por radio las instrucciones de cómo preparar el Vampisol, de modo que la fórmula se vuelve comercialmente imposible, en tanto es de dominio público, y solo consigue humanizar a los vampiros, volverlos cubanos normales, resistentes al sol. En el mismo final del filme, un vampiro se dirige a la cámara, al público, y recomienda tener cuidado, porque cualquier tipo al lado suyo, en la playa, puede ser un vampiro.

La facilidad de Juan Padrón para la caricatura y la parodia procedía, mayormente, de su pasado como ilustrador e historietista en la prensa plana. Y toda esa experiencia se traduce en sus dibujos animados para el ICAIC, en la serie cubana de animados más famosa que es la de Elpidio Valdés, y las series de dibujos animados Filminutos y sus colaboraciones Quinoscopio y Mafalda con el dibujante argentino Quino. De todos modos, su largometraje más reconocido internacionalmente es Vampiros en La Habana, película de culto que trasmite como ninguna otra el cubanísimo choteo.

Vampiros en La Habana es una de las películas más reconocidas de dibujos animados del mundo iberoamericano, además de convertirse, con el tiempo, en la producción más comercializada internacionalmente de las producidas por el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.