El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, se ha convertido en el objetivo de las críticas tras conocerse que se reunió con el embajador ruso en Washington durante la campaña presidencial, según la información publicada por 'The Washington Post'.
Por el momento varios congresistas demócratas pidieron este miércoles la dimisión del secretario de Justicia, en lo que se avecina un nuevo golpe para el gobierno de Donald Trump, sobre todo si tenemos en cuenta que Sessions desmintió en varias ocasiones sus nexos con Rusia.
Además es el responsable de supervisar la investigación sobre una presunta injerencia rusa en las pasadas elecciones presidenciales de 2016.
"¿Tiene el fiscal general la última palabra en la investigación de las fuerzas de seguridad sobre los nexos entre la campaña de Trump y Rusia? Menuda farsa. Esto no es normal", denunció la senadora Elizabeth Warren, quien pidió que se designe un fiscal especial que asuma esta investigación.
Esta propuesta fue apoyada por el senador Lindsey Graham, una de las voces republicanas más críticas con la actual administración.
Para la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, la única salida pasa por la renuncia de Sessions al "mentir bajo juramento" cuando se le preguntó en el Senado, durante su proceso de confirmación, por sus relaciones con funcionarios moscovitas.
"Debe dimitir y formarse una comisión independiente, bipartidista y externa que investigue las conexiones políticas, personales y financieras de Trump con los rusos", añadió.
"Nunca me he reunido con funcionarios de Rusia"
La reacción del fiscal general de EEUU llegó en forma de comunicado negando un encuentro con el embajador Sergei Kislyak en julio y en septiembre del año pasado, justo antes de la cita con las urnas.
"Nunca me he reunido con funcionarios rusos para hablar asuntos de la campaña. No tengo ni idea de que va esto. Es falso", aseguró.
En este sentido Sessions explicó que sus encuentros con Kislyak no guardaron relación alguna con la contienda electoral del magnate.
El principal problema es que estas reuniones se produjeron en plena polémica por los presuntos ataques cibernéticos del Kremlin contra servidores del Partido Demócrata y de la campaña de su candidata, Hillary Clinton.
En el proceso de confirmación en el Senado, el legislador Al Franken llegó a cuestionar al actual secretario judicial norteamericano sobre sus contactos con el gobierno de Moscú. "Si hay alguna prueba de que algún miembro de la campaña de Trump se comunicó con el Gobierno ruso durante esta campaña, ¿qué haría?", a lo que Sessions respondió: "No tengo conocimiento de ninguna de esas actividades".
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