Entrevista a Frederich Cepeda: “El Hombre de los Cuatro Clásicos”

Frederich Cepeda, a pesar de ser campeón olímpico en Atenas, sub titular del Primer Clásico, monarca pam y centroamericano, varias veces monarca mundial, nunca pudo ganar un banderín nacional.

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Este artículo es de hace 7 años

Hace ya “algunos” años, parece que fue ayer, cuando en en el año 1994 tuve la oportunidad de viajar al Panamericano 13–14 años de béisbol que tenía por sede a Maringá, bellísima región al sur de Brasil. Ese equipo, aunque no ganó, impresionó, por su garra, su calidad, sus deseos de vencer, y entre ellos había un muy seguro tercera base con “carita cómica” y un specdrum bajito, de los que se usaban en esa época.

Bateaba a las dos manos (asignatura pendiente de nuestro béisbol), las cogía todas, era muy oportuno al bate.¿Su nombre? Frederich Cepeda, el HOMBRE DE LOS CUATRO CLÁSICOS.


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“Nací en 8 de abril de 1980. A los cuatro años mi padre me llevó a un pequeño estadio de béisbol, el Máximo Gómez, y allí di mis primeros pasos. Él, Pablo Francisco Cepeda, fue mi primer entrenador, me enseñó todo lo que sé hacer en un terreno de pelota, algo que por supuesto, fui mejorando al transcurrir mi carrera.

“Estuve hasta los once años con mi papá en esa área, o sea, hasta el 1991. De ahí me sumé a la pirámide del alto rendimiento, la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) Lino Salabarría. En el 1997 fui a la ESPA nacional, formando parte de un grupo de magníficos jugadores que casi todos llegamos a Series Nacionales, e incluso a integrar el equipo CUBA.”

Desde pequeño Frederich tuvo la calidad necesaria para hacer el grado del seleccionado nacional, en las diferentes categorías. Debutó en Japón en una Feria Mundial Infantil de béisbol, en inglés conocida por las siglas WCBF; en el 94 coincidimos como en el Panamericano de Maringá; después en San Luis, Estados Unidos, también compitió en la cita continental pero en las edades 15-16. Ya entre los juveniles integró los equipos monarcas del Panamericano en Brasil 96 y el Campeonato Mundial en Canadá 97.

“Precisamente en esa temporada debuté en Series Nacionales. Mi primer manager fue Averaldo Triana, quien era compañero de estudios de mi padre y son amigos desde hace años. Jugar a ese nivel es diferente, te cuesta tiempo adaptarte para tener un buen resultado, pero trabajé duro y lo alcancé. He jugado 19 series, cuatro super ligas. Me enorgullezco de aquel excelente conjunto espirituano que luchó por el banderín con Holguín en el 2002.

Me enorgullezco de aquel excelente conjunto espirituano que luchó por el banderín con Holguín en el 2002

“He tenido, como todos, altas y bajas; recuerdos bonitos, de excelentes campeonatos; el simple hecho de levantarme todos los días y poder jugar béisbol es una bendición de Dios. Y, por supuesto, he tenido malos momentos: ¿qué me dices del ponche con bases llenas ante el zurdo Oscar Gil que le dio el título a Holguín, luego de haber tenido yo un play off histórico?

“El otro difícil, aún no ha llegado aunque está próximo: mi retiro. Siento que se me desprenderá algo por dentro. Por eso, a pesar de las lesiones, he luchado por mantenerme activo. Ahora tengo mucho que agradecerle a los doctores Liván y Hugo, y al profesor Rodrigo Álvarez Cambras, al colectivo de enfermeras y técnicos del Hospital Ortopédico “Frank País” que me han devuelto el alma y han propiciado que pueda hacer el equipo cubano a mi cuarto Clásico Mundial.”

Frederich Cepeda, a pesar de ser campeón olímpico en Atenas, sub titular del Primer Clásico, monarca pam y centroamericano, varias veces monarca mundial, nunca pudo ganar un banderín nacional.

Llegaron a reunir los gallos espirituanos un elenco de lujo: Yulieski y Yunieski Gourriel, Eriel Sánchez, Iosvany Aragón, Maels Rodríguez, Ifreidi Coss, entre otros, pero jamás lograron ganar. “Teníamos excelentes campañas, durante una década, pero no logramos materializar el triunfo, ¿por qué? Todavía me lo pregunto. Es una espina clavada en nuestros corazones. A la hora buena, no se podía”.

¿Retiro tras regresar del Clásico?

Se impone una pregunta en este coloquio entre madre e hijo, Julita-Frederich” ¿Te retiras al regresar del Clásico?”

“No, pienso seguir jugando; el béisbol es mi pasión. Independientemente que éste sea o no mi último equipo CUBA y mientras la salud me lo permita, voy a seguir. No pienso, en las condiciones en las que me encuentro, en que éste sea mi último equipo CUBA. Lucharé por seguir integrando la selección nacional”.

El béisbol es mi pasión. Independientemente que éste sea o no mi último equipo CUBA y mientras la salud me lo permita, voy a seguir

Tras la celebración en el 2006 del primer Clásico Mundial , que trató de reunir a los mejores peloteros del mundo defendiendo sus pabellones patrios, es un hecho cierto que ese evento se convirtió en la cima competitiva del béisbol en el planeta, sobre todo tras la eliminación de ese deporte del programa olímpico (ahora en Tokío 2020 fue readmitido a propuesta de los organizadores).

“Siempre que se gana la satisfacción nos envuelve. Ese primer Clásico, con tantas estrellas compitiendo de igual a igual con nosotros, ha sido una de mis más ricas experiencias, inolvidable suceso que colmó de alegría a todo nuestro Verde Caimán. En el gran termómetro beisbolero de ese año, salimos airosos; sin embargo, la condición de campeón olímpico es un mérito que no se borra nunca. Esa década fue prodigiosa para nosotros, los 2006, los Mundiales, y los Olímpicos de Atenas 2004. Fueron momentos de inenarrable alegría.

“Esta oportunidad que me ha dado la vida es un bendición. Pese a todas las dificultades y tropiezos que se abren ante uno, el mantenerme jugando y rindiendo es el premio al sacrificio de muchos años. Te dedicas por entero a una carrera y la pones por encima muchas veces, hasta de tu propia familia para lograr un objetivo y así poder alcanzar tu meta. Es después de todo, una bendición de Dios y de la vida”.

Y también una bendición es contar con el respaldo de una familia unida y bien llevada. Hijo de padres que llevan cuatro décadas juntos, Pablo Francisco y Caridad Gladys; casado desde el 2002 con Damarys, madre de su pequeño de ocho años, Frederich Junior, el espirituano es un hombre feliz. Al igual que su padre consigo, enseña a su hijo a batear a las dos manos. “Parece que ama al béisbol como yo. Si fuera un buen pelotero nos daría una honda satisfacción”. Y es que eso de hijo de gatos caza ratón, puede hacerse una bonita realidad.

Una carrera bellísima: bateador ambidextro, para mí el mejor bateador cubano de los últimos tiempos (y aquí incluyo a Pito Abreu, al July Gourriel, a Alfredo Despaigne, a Yoennis Céspedes), Cepeda nos confiesa un sueño no logrado.

Si volviese a nacer, me gustaría poder jugar en las Grandes Ligas. Soñé con jugar en el equipo CUBA y lo logré por años y en todas las categorías; soñé con decidir juegos, campeonatos, y lo hice. Soñé con ser campeón olímpico y lo fui, pero no haber podido estar en la Gran Carpa me insatisface. Me veo con esta edad, 36 años, y tengo la misma sed de jugar béisbol que cuando fui a Maringá con catorce años, pero ya no puedo ni siquiera soñar con las Grandes, a las cuales todos los que hagan el grado deben poder llegar como lo hacen normalmente los peloteros de cualquier parte del mundo.

Soñé con jugar en el equipo CUBA y lo logré por años y en todas las categorías; soñé con decidir juegos, campeonatos, y lo hice. Soñé con ser campeón olímpico y lo fui, pero no haber podido estar en la Gran Carpa me insatisface.

“Por eso sí creo, sí estoy de acuerdo con que todos nuestros deportistas, estén donde estén y sean de la disciplina que sean, puedan jugar por Cuba. Imagino que para ellos sería genial representar de nuevo a su bandera.”

Es una lástima que Frederich Cepeda no pueda materializar su quimera pero un grande como él sabe que ha cumplido, con creces, con nuestro pueblo, con nuestro béisbol y segura estoy, dará lo mejor de sí en este Cuarto Clásico Mundial, con la mirada puesta incluso, en seguir compitiendo en la selección nacional. Quizás, el curso normal de la vida conduzca a su pequeño Frederich a cumplir el sueño de papá.

¿Quién sabe?

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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos


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Julita Osendi

Graduada de Periodismo en la Universidad de La Habana 1977. Periodista, comentarista deportiva, locutora y realizadora de más de 80 documentales y reportajes especiales. Entre mis coberturas periodísticas más relevantes se hallan 6 Juegos Olímpicos, 6 Campeonatos Mundiales de Atletismo, 3 Clásicos