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Desde la llegada al poder en 2008 de Barack Obama la prisión de Guantánamo ha ido disminuyendo el número de presos que alberga hasta finalizar con solo 41 el pasado mes de enero.
El ex presidente demócrata prometió que durante su estancia al frente de la Casa Blanca ordenaría el cierre de Guantánamo, una promesa que no consiguió cumplir debido al veto del Congreso.
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Mientras que Obama defendió que la existencia de la prisión de Guantánamo no ha aumentado la seguridad de los Estados Unidos y que no existe ninguna justificación más allá de la política para mantener abierto el penal, Donald Trump ha mencionado en varias ocasiones que está dispuesto a llenar Guantánamo “con algunos tipos malos".
De cumplirse la amenaza de Donald Trump, activistas estarían dispuestos a movilizarse. Así Elizabeth Beavers, activista de Aministía Internacional en Estados Unidos, declaró a The Hill que "Eso es algo muy serio, y creo que activaría a la gente de una manera robusta".
Aunque todavía la Casa Blanca no ha aclarado cuál será exactamente su política hacia Guántanamo sí parece claro que ésta será totalmente diferente a la llevada a cabo por su predecesor Obama.
Obama no envió ningún preso a Guantánamo durante su mandato, ordenó la transferencia a otras cárceles de muchos de los que cumplían condena allí e incluso firmó una orden ejecutiva en su segundo día en el cargo para cerrar la instalación en el plazo de un año.
El nuevo equipo de gobierno, por el contrario, ha preparado un proyecto de ley que, de aprobarse, pondría fin a las transferencias de presos desde Guántanamo a otras cárceles y permitiría encarcelar en esta prisión a miembros de Al Qaeda, talibanes y miembros del autodenominado Estado Islámico ( ISIS)
Sin embargo, Cully Stimson, jurista de la Fundación Heritage, planteó que existen trabas legales que dificultarían el encarcelamientos de combatientes del ISIS en Guantánamo, ya que los tribunales dictamiraron que dicha prisión está destinada a combatientes de Al Qaeda y Talibanes afganos pero no para otros grupos terroristas.
Asi los tribunales deberían firmar autorización previa para permitir esta operación.
Distintos senadores demócratas han defendido durante los últimos días que las prisión federales en territorio de Estados Unidos reúnen las condiciones de seguridad para albergar a todo tipo de terroristas, por lo que sería innecesario enviar presos a Guantánamo.
El senador Mc Cain criticó la política antiterrorista que pretende encabezar Donald Trump diciendo: "El Presidente puede firmar cualquier orden ejecutiva que le gusten. Pero la ley es la ley. No vamos a devolver la tortura en los Estados Unidos de América”.
El senador republicano hacía referencia así al proyecto que estudia al gobierno para volver a legalizar métodos de interrogación para terroristas que fueron derogados por Barack Obama y que muchos expertos consideraron los responsables de los abusos que se cometieron en distintas prisiones estadounidenses.
Por su parte, David Rivkin, miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias, que sirvió bajo dos presidentes del Partido Republicano defendió que volver a utilizar Guántanamo "Es un retorno a la cordura cuando se trata de combatientes enemigos".
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