Violencia contra la mujer en Cuba, un problema del que no se habla

Una sociedad educada en los prejuicios contra las mujeres y el silencio de las autoridades provocan la desprotección de las víctimas y la perpetuación de la violencia machista en Cuba.

Una pareja en el malecón de La Habana © CiberCuba
Una pareja en el malecón de La Habana Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 7 años

La violencia contra las mujeres es un problema generalizado de alcance global, un reto que las sociedades combaten apostando por la lucha legal, la educación igualitaria entre hombres y mujeres y la protección de las victimas.

En 1993, las Naciones Unidas definieron la violencia contra la mujer catalogándola como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico”


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Sin embargo, lo cierto es que en Cuba el problema está silenciado, no existen cifras oficiales, no se habla de ello ni existen leyes que protejan a las mujeres víctimas de la violencia.

La abogada Laritza Diversent, en declaraciones a 14ymedio, explicó que no existe en el Código Penal cubano ningún delito que tipifique la violencia contra la mujer o en el seno familiar por lo “Se registran muy pocas denuncias y no están catalogadas por el género de la víctima”.

Así, según el informe de Cubalex, centro que dirige Diversent:“Por lo general cuando las mujeres acuden a la estación policial a formular denuncias por violencia, no son admitidas por los agentes, bajo el argumento de que es la palabra de uno contra la del otro”.

En el citado informe también se afirma que no existen en Cuba medidas para la protección de las mujeres víctimas de violencia tales como la posibilidad de pedir una orden de alejamiento para el agresor o lugares donde refugiar a las mujeres para las que acudir al domicilio familiar supone un peligro.

En Cuba, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) cuenta con 174 Casas de Orientación a la Mujer y la Familia. Sin embargo, en ninguna de ella se ofrece la posibilidad de alojamiento.

Esta es la dificil situación que enfrentan mujeres como la cubana Brizuela quien, según relató el citado medio, ha sufrido coacciones y amenazas de su ex marido para intentar desalojarla de la vivienda que ambos comparten con su hijo, quien padece Síndrome de West con serio retraso en el desarrollo.

Consciente de la situación en el país, las Naciones Unidas reprobaron en 2013 al gobierno cubano su desidia para proteger a los mujeres a lo que el gobierno de Raúl Castro respondió argumentado que había sido “imprescindible priorizar la aprobación de la legislación en materia económica vinculada”

No obstante y como muestra de este silencio gubernamental, en noviembre del pasado año Mariela Castro Espín, negó en declaraciones al diario Tiempo Argentino que en Cuba se produjeran asesinatos de mujeres.

"Nosotros no tenemos, por ejemplo, femicidios. Porque Cuba no es un país violento", declaró la directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), agregando además que la situación se debía a "un efecto de la Revolución".

Por otro lado, la abogada Laritza Diversent para enfatizar el desconocimiento y la desinformación de la sociedad cubana sobre el problema señaló: “No se habla públicamente del acoso en el ámbito laboral o el acoso callejero que son temas que se están tratando ya en algunos países de América Latina, en los que se están adoptando leyes”.

Así, en Cuba la violencia machista se sustenta en una educación machista y llena de prejuicios hacia la mujer de la que el silencio de las autoridades actúa como cómplice.

En este sentido, y según publicó la escritora y ensayista Ileana Álvarez en la revista Ala Tensas: “es difícil obtener testimonios porque las sobrevivientes de la violencia temen por su integridad y que el atacante las busque para vengarse”.

Además añadió: “muchas veces, la sociedad no juzga al hombre sino a la mujer” por lo que la solución al problema no será solamente adoptar leyes que permitan castigar al agresor y proteger a la víctima sino que existe la necesidad de educar en la igual.

En opinión de Álvarez: “Si existe violencia es porque en realidad no hay igualdad sino discriminación, violentación de los derechos de las féminas y de su integridad”.

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