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A comienzos del presente siglo el 20 % de los usuarios de las Tecnologías de la Información y comunicaciones por períodos largos de tiempo padecían de dolor en cuello producidos por problemas posturales, en la actualidad esta cifra se ha elevado a más del doble pues hoy se calcula que el 42 % de estas personas padecen de este mal.
Un estudio realizado en la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM, explica que a iniciios de siglo las personas usaban mayoritariamente computadoras de escritorio, en tanto hoy los dispositivos más utilizados son las tabletas, laptops y celulares, que obligan a adoptar posiciones poco naturales y dañinas.
El uso de estos dispositivos obligan a que la cabeza que tiene un peso relativamente alto esté en un ángulo de hasta 30 o 45 grados, y así su peso relativo llega a los 18 kilos, lo que genera problemas en el cuello.
Se ha comprobado que más que la cantidad de horas con estos dispositivos es la posición que adoptamos la que afecta la salud, podemos estar una jornada laboral entera frente a la computadora, con repercusiones mínimas si nos sentamos y tecleamos adecuadamente, pero si lo hacemos durante dos horas al día en una posición incorrecta, se puede generar un problema de salud.
Por ello hay que colocar la parte superior del monitor a la altura de los ojos, ubicar el teclado para que los codos formen un ángulo 90 grados al escribir y tener una silla giratoria con descansabrazos, reposapies y respaldo hasta el cuello, a fin de tener la columna vertebral recta.
Pero estas recomendaciones no pueden cumplirse con los nuevos dispositivos; porque los diseñadores, en estos dispositivos portátiles han sacrificado la ergonomía y esto genera un incremento en los padecimientos musculoesqueléticos.
Ahora los jóvenes presentan lesiones en las manos parecidas a las de los músicos; otros comienzan a referir molestias en el cuello similares a los estudiosos de las bibliotecas, malestar conocido como cuello de texto.
Las molestias en el cuello con frecuencia son intensos y para tratar de evitar el dolor las personas suelen usar la parte más baja de la columna (dorsal o lumbar) e inclinarse para no flexionar la parte dolorida, lo que forma una curvatura en la espalda que a la larga sólo agrava los problemas físicos. Estas posiciones anómalas repercuten en alteraciones que —como pasa con el cuello de texto— generan contracturas y espasmos musculares.
Por tanto hay que estar alerta ante las posturas que adoptamos para disfrutar de nuestros dispositivos tecnológicos pues lo peor que se puede hacer es adaptar nuestra postura a la tecnología, cuando lo más razonable es que el proceso sea inverso.
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