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Aplaudida en tres o cinco continentes, elogiada por la prensa y amada por el público, dispuesta a moverse entre el cine y la televisión sin que mengüe ni un ápice su profesionalidad, Sonia Braga es las pocas actrices capaces de resurgir, con 65 años, y protagonizar una película que se ha transformado, de paso, en una de las grandes propuestas latinoamericanas del año.
Gracias al filme Aquarius, que la actriz catalogó en rueda de prensa como un “regalo muy grande” y “el mejor guión” que le ha tocado interpretar en la vida, Sonia Braga ha resurgido para volver a demostrar que se encuentra entre las pocas estrellas latinoamericanas, brasileñas, cuya presencia mediática se equipara a su talento e inteligencia.
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Aquarius concursa en esta 38ª edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, y le permitió a la actriz materializar el sueño de venir a Cuba, pues aunque el escritor colombiano Gabriel García Márquez la convidó en varias ocasiones, nunca antes pudo hacerlo por cuestiones de trabajo. El pasado sábado la actriz presentó su filme en el capitalino cine Charles Chaplin, y el domingo estuvo en una conferencia de prensa para hablar sobre lo que para ella significa este trabajo.
En Aquarius, bajo la dirección de Kleber Mendonça Filho, la actriz encarna el personaje central, una mujer jubilada que se recupera de un cáncer de mama y ha devenido última residente de un edificio llamado Aquarius, fabricado en 1940 y que se localiza en una zona de clase alta en la ciudad de Recife. La mujer se niega a salir del edificio pese a que una empresa constructora ha comprado todos los departamentos, excepto el suyo.
Gracias a los giros antes mencionados del argumento, es que la actriz considera al filme como una metáfora de la resistencia brasileña e internacional, una metáfora inmersa en la denuncia de las dinámicas globales que defienden solo a los poderosos.
En la rueda de prensa, Braga aseguró que esta película se presenta en “un momento muy importante para la vida de los brasileños” tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff y la llegada al poder de Michel Temer. “Estamos viviendo una vida muy peligrosa, es la primera vez que he visto a Brasil tan dividido”.
“Es un retroceso muy grande en todo lo que hicimos, todos los sueños, todas las conquistas, de la mujer, de los gays, de la apertura con la prensa (...)”, opinó la célebre protagonista de películas de culto como la trilogía a partir de Jorge Amado, es decir, Doña Flor y sus maridos, Gabriela y Tieta de Agreste. También causó sensación en el cine norteamericano, para el cual trabajó esporádicamente, El beso de la mujer araña (1985), de Héctor Babenco, que le valió su primera nominación a los Globos de Oro en tanto la actriz interpretaba tres personajes completamente distintos.
El filme de Kleber Mendonça Filho llega al Festival de La Habana tras conquistar a la mayor parte de la crítica en los festivales de Cannes, Toronto, Mar de Plata y Lima, donde ganó el premio especial del jurado y Braga se alzó con el premio de actuación femenina. En 2014 recibió el primer Premio Platino de Honor del Cine Iberoamericano.
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