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El duelo nacional de 9 días, decretado tras la muerte de Fidel Castro, ha cambiado drásticamente el ritmo en Cuba. El habitual bullicio en las calles se ha convertido en silencio y pesar, un ambiente que ha afectado también a las centenarias y populares celebraciones de Santa Bárbara y Shangó.
El 3 de diciembre es el día dedicado por los creyentes de la religión yoruba a Shangó mientras que al día siguientes los católicos rinden tributo a Santa Bárbara. Sin embargo, las habituales festividades bulliciosas, quedaron este año empañadas por el luto nacional, en vigor desde el pasado 26 de noviembre, un día después del fallecimiento del expresidente cubano.
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Este año, Shangó ha debido de conformarse con ofrendas florales, velas encendidas y rezos silenciosos, recogimiento que ha predominado también en las festividades en honor a la santa católica. El ron, el aguardiente y los tambores deberán esperar al año que viene, a menos que el entierro de Fidel Castro también haya cambiado el signo de ese día para siempre.
En declaraciones a 14ymedio, Raiza, una devota de Santa Bárbara y Shangó residente en el populoso barrio de Jesús María en La Habana declaró al respecto que: “La santa está seca”, “la policía advirtió que había que dejar los toques de tambor y las fiestas para después”.
La policía advirtió que había que dejar los toques de tambor y las fiestas para después
También en La Habana, José Francisco, quien trabaja de parqueador, declaró al citado medio: “He traído mi tabaco para no irme en blanco pero nada de tragos, que la cosa está mala”.
Por su parte, Ramiro Hijonosa de 70 años, compartió con 14ymedio una opinión más crítica de las limitaciones impuestas para el duelo nacional, y en tal sentido recordó que jamás se habían suspendido las fiestas de Shangó y Santa Bárbara, ni aún en fechas complicadas como las movilizaciones agrícolas de 1969. Igualmente, mostró su sorpresa ante el hecho de que se permitieran canciones políticas pero no religiosas.
José Manuel Pérez Andino, presidente de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba (ACYC), por su parte, indicó en declaraciones telefónicas ofrecidas a Diario de Cuba que "No se harán toques de tambor, bailes, fiestas. Los creyentes podrán plantar sus altares, nada más".
Pese a todo esto, la ferviente devoción de muchos cubanos ha logrado trascender las barreras de toda prohibición y restricción y con músicas o toques de tambor grabados han conseguido una más silenciosa -pero igual de genuina- celebración.
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