Juan Carlos Cremata: "la censura evidencia sus propios miedos"

La obra de Cremata Malberti "El Rey se muere" fue vista por el Gobierno como una ofensa a Fidel Castro, y por eso Cremata Malberti hoy vive exiliado en Miami.

 © Havana-cultura
Foto © Havana-cultura

Vídeos relacionados:

Este artículo es de hace 8 años

Miami (EFEUSA).- Juan Carlos Cremata Malberti, cineasta y director teatral cubano, fue marginado en Cuba por su puesta en escena de la obra teatral "El rey se muere".

La obra fue vista por el Gobierno como una ofensa a Fidel Castro, y por eso Cremata Malberti hoy vive exiliado en Miami, donde afirma que "la censura evidencia sus propios miedos".


Lo más leído hoy:


En una entrevista que concedió a Efe en Miami, pocas horas antes de la muerte de Fidel Castro, Cremata Malberti se mostró muy enojado con la decisión de tener que dejar su país en caso extremo.

En julio de 2015 el Ministerio de Cultura canceló su grupo teatral, su productora audiovisual, una obra que tenía en cartelera y le informó de que no podía trabajar más en la isla.

La censura a su puesta en escena de la pieza teatral "El rey se muere", de Eugène Ionesco, se debió al doble sentido de interpretación que pudiera tener en alusión a Castro.

"Soy un personaje incómodo para ellos. Soy extrovertido, digo lo que pienso, me manifiesto ante cualquier injusticia y no creo que todo el mundo deba pensar igual", expresa

Con su grupo teatral El Ingenio cuyos actores quedaron a la deriva cuando suspendieron "El rey se muere", se cerraba un ciclo de larga persecución creativa.

"Entonces, 'El rey se muere' era una afrenta muy grande que además los evidenció en su malsana lectura, porque ellos me acusaban de que yo estaba burlándome de Fidel y yo les decía: 'Esa es la lectura de ustedes, pero, por otro lado, ¿por qué no?"', recapitula este director graduado de la primera promoción de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, de Cuba.

Cremata, que se define como "irreverente, iconoclasta y anárquico", opina que "la censura evidencia sus miedos" y cree que en Cuba no habrá expedientes desclasificados, porque "ellos" se han cuidado muy bien de no dejar huellas.

"Por ejemplo, la huella que queda de mi censura es lo que se habla, pero no hay nada escrito, no hay un documento oficial".

En marzo de este año, un mes antes de viajar a Miami, Cremata publicó una carta abierta al presidente de EE.UU., Barack Obama.

"Llévese consigo el embargo (...) Para ver si se termina también, de una vez y por todas, ese bloqueo interno e insensato, que tanto daño nos ha hecho y tras el cual mucho encubren un caudal inmenso de vacíos, incapacidades, oportunismo, burocracia, ineficiencias, indolencia, chapucería, falta de calidad y nepotismo", escribió.

Pero el presidente norteamericano, a quien el cineasta admira por su voluntad de cambio, no le respondió.

Antes de salir de Cuba, según comenta, rodó un cortometraje, que es la cuarta parte de su serie "Crematorios", y un largometraje que se llama "Semen".

"Está todo filmado de manera clandestina, con muy pocos recursos; llegaron a perseguirnos y obstaculizar las filmaciones, pero en ocho días filmé 'Semen'", una película sobre la vida de los jóvenes, dice.

El argumento, agrega, desmonta la construcción del Hombre Nuevo (un concepto del Che Guevara), "lo pone en crisis de una manera visceral, incisiva y hasta agria. Es una película muy dura pero necesaria", adelanta a Efe y anuncia una campaña de colecta pública para terminar la post producción.

El material fue sacado clandestinamente de la isla.

Juan Carlos Cremata Malberti filmó en 2005 "Viva Cuba", que recibió 47 premios internacionales, incluyendo uno en Cannes.

Desde que estrenó su primer largometraje en 2001, "Nada", una película experimental filmada en celuloide de 35 milímetros, tuvo problemas "por tener un lenguaje bien libre, que siempre incomoda a las personas que están cómodas", apunta.

"Nada" tiene como protagonista a una funcionaria de correos que se dedica a cambiar el destino de las personas manipulando las cartas y toca el tema de la emigración, el del abandono del país producto del hastío y de la persecución política.

Recuerda que Omar González, el entonces presidente del ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos), le hizo quitar una escena en la que se decía: "la verdad que el capitalismo tiene cosas buenas, pero tiene otras maravillosas".

"Era un chiste, una tontería", dice Cremata, que "siempre" ha pensado que "los censores, y específicamente los comunistas, tienen muy poco sentido del humor".

Cremata acaba de cumplir 55 años, se aloja en un "efficiency" (habitación con acceso independiente) y se desplaza por Miami en una moto que le han regalado.

Desde niño ha estado marcado por los temas políticos. Su padre era miembro de la tripulación del avión de Cubana que hicieron estallar en pleno vuelo cubanos extremistas exiliados, en 1976, frente a las costas de Barbados, y fue una de las 73 víctimas mortales de ese atentado.

"Nada de eso lo sigo, porque nada me va a devolver la vida de mi padre, ni el mayor acto de justicia. Desde hace 55 años estoy en una historia de peleas y no quiero pelear más. Quiero vivir", dice.

COMENTAR

Archivado en:


¿Tienes algo que reportar?
Escribe a CiberCuba:

editores@cibercuba.1eye.us

+1 786 3965 689