El 25 de abril de 1998 en el teatro Olympia de París, uno de los recintos más reconocidos en el arte de la música popular en Europa, ocurrió un memorable concierto que Compay Segundo ofreció con su cuarteto.
Ahora este concierto llega a los admiradores a través de un CD+DVD que se presentará el 18 de noviembre próximo, para celebrar su natalicio. En aquella ocasión, el músico cubano presentó su álbum Lo mejor de la vida, e interpretó 17 canciones. Y el concierto se considera un documento único y veraz de lo que era Compay Segundo y de su capacidad para atraer poderosamente la atención de los espectadores.
Dos años más tarde del concierto famoso, en el 2000, salió a la venta un VHS con parte de los dos conciertos que se ofrecieron en París, pero puede verse íntegro. Además del arte de Compay Segundo, esa leyenda vida del son cubano, intervienen como invitados Omara Portuondo, Pio Leyva y Martirio, así como “El Guajiro” Mirabal en la trompeta y Ernesto Valera en la percusión.
Compay Segundo alcanzó el éxito internacional a los 90 años, vendió tres millones de discos en todo el mundo, especialmente por su talento para resucitar el son como género romántico o picaresco.
Además de que Compay Segundo cumpliría 109 años el próximo 18 de noviembre, ese mismo día se celebran nada menos que sesenta años de la fundación de su grupo, todavía en activo, y el décimo de la creación de su Casa Museo.
Compay Segundo llegó a ser el mejor ejemplo de un músico cubano que alcanza categoría de clásico muy añoso. A sus noventa y tantos rendía homenajes a la alegría de vivir con su voz cascada, testamento de un criollo, sobre todas las cosas, alegre y positivo. Como Chuck Berry o Charles Aznavour, Compay Segundo estuvo cantando y desafiando la ancianidad casi hasta el momento de su muerte.
Entre los momentos más señalados de la gloria reciente y póstuma de Compay Segundo se cuentan dos instantes que de seguro lo hubieran hecho sonreír: Madonna bailando al son de sus sones en su reciente visita de vacaciones a Cuba, y los Simpson, cuyas vacaciones en Cuba ocurren escoltadas por el conocido ritmo del Chanchán.
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