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Hablar de la historia del puente sobre el río Toa a la altura de Baracoa es, sin duda, hablar de la historia de la ciudad primada y sus gentes. Una infraestructura vital para baraoenses que Matthew ha partido.
Los lugareños todavía recuerdan el primer puente de madera que se atrevió a desafiar las furias "toanas". Para ello en los años 60 se construyó el primer puente de madera sobre el Toa con una estructura destinada a resistir las crecidas y la corriente embravecida, tal y como recoge el diario 'Venceremos'.
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La construcción permitió a los lugareños dejar atrás las balsas tiradas por güinches que permitían transportar personas y mercancías de orilla a orilla. Sin embargo en octubre de 1989
En octubre de 1989 se decidió desviar el cauce del río hasta 200 metros de ancho. Pero las intensas lluvias de 19990 llenaron los 72 afluentes del rio y dejaron sin efecto los planes de la Brigada de Viales de la Empresa Constructora de Obras de Arquitectura e Ingeniería respecto al cauce.
Pese a todo se intentaron encontrar soluciones a las crecidas del Toa, algo que llevó a elevar un "metro más, hasta siete, la rasante del puente con lo que creíamos la obra sería inmune", según explicó la ingeniera Martha Bru López al citado medio.
La llegada del huracán Ike 2008 fue la antesala de la destrucción, ya que consiguió hacer temblar puente y temer por su integridad. Y, finalmente, ha sido Matthew el ciclón que ha terminado por asolar totalmente la plataforma de cemento.
"Se alejaba el huracán Matthew y yo regresaba de La Habana por carretera cuando me llegó la noticia, no lo creía. El Toa derribó el mayor de los 28 puentes que hicimos en el vial Moa-Baracoa, un viaducto de 225 metros de largo, con siete de ancho sin incluir otros 4,20 de aceras, suspendido sobre 16 pilotes hincados cada uno a 18 metros de profundidad en el lecho", aseguró Bru López.
El mismo día que entró Flora a Cuba, 53 años después, Matthew dejaba dividida a Baracoa y dificultaba gravemente sus comunicaciones tras la destrucción de viaducto. Para los pobladores del lado oeste esta división es particularmente traumática ya que quedan separados del eje político-administrativo.
En estos momentos los baracoenses se ven obligados a cruzar de orilla a orilla con botes de remos, que solo pueden cargar ocho personas mientras decenas esperan en tierra. Quizás una nueva plataforma de madera sea la solución más factible a esta situación. Puede que en el fondo de las aguas todavía resistan los pivotes de madera que sujetaron un día ese puente.
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