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La Habana, 14 oct (EFE).- La solidaridad internacional para con el pueblo cubano tras el paso del huracán Matthew vive otra de sus bellas páginas.
Pakistán, ese lejano país al cual hace unos diez años acudieron los galenos cubanos a ayudarle a resarcir sus heridas sufridas tras el duro terremoto de Cachemira, ocurrrido el 8 de octubre del 2005 y que arrojara un saldo de 86.000 muertos y 106.000 heridos, "ha devuelto" el gesto solidario a Cuba, con el envío, hoy, de 15.000 toneladas de arroz.
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El gesto, según refleja la prensa oficial cubana, "refleja la solidaridad" de esa nación con el país caribeño.
"Esta es una pequeña muestra de nuestro apoyo. Queremos aprovechar la oportunidad para ofrecer nuestra solidaridad al pueblo de Cuba", dijo el embajador paquistaní en La Habana, Kamran Shafi, en declaraciones a la televisión estatal cubana.
"El Gobierno de Pakistán ha estado siempre muy cerca del Gobierno de Cuba", dijo.
En la ceremonia oficial de entrega este viernes, el viceministro primero de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de la isla, Antonio Carricarte, agradeció este "gesto noble", el que -insistió- "no es sorpresivo".
El vicetitular se refirió al donativo de un millón de dólares que Pakistán envió al pueblo cubano en 2008, cuando tres grandes huracanes causaron "un efecto devastador" en el país caribeño.
"Así se abre otra página noble entre ambos países y permite también que la colaboración bilateral se extienda", señaló Carricarte.
Este jueves llegó al puerto de Santiago de Cuba, en el oriente de la isla, el buque de la Armada venezolana Tango 63, con más de 300 toneladas de ayuda humanitaria para los damnificados del huracán Matthew.
Matthew, el huracán más poderoso que ha azotado el Caribe en los últimos 9 años, atravesó Cuba por la provincia de Guantánamo el pasado 4 de octubre, tras devastar zonas de República Dominicana y Haití, país en el que dejó centenares de muertos.
En la isla caribeña no se registraron víctimas mortales pero sí cuantiosas pérdidas materiales, en especial en la histórica ciudad de Baracoa y las localidades de Imías y Maisí, donde miles de personas perdieron sus casas.
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