Juan Gabriel hizo más (en contra de la homofobia) que mil instituciones oficiales

Consciente o inconscientemente, Juan Gabriel ha devenido uno de los principales baluartes antihomofóbicos de la cultura popular latinoamericana

Juan Gabriel, concierto © http://www.clase.in
Juan Gabriel, concierto Foto © http://www.clase.in

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Este artículo es de hace 8 años

Alberto Aguilera Valadez, conocido y adorado en el mundo de habla hispana con el nombre de Juan Gabriel, encontró aceptación y afecto en casa de La Xochitl, el travesti más famoso del DF a principios de los años sesenta. El muchacho había llegado de Ciudad Juárez persiguiendo el sueño de ser cantante, pero muy pronto padeció un encierro de 12 meses en la cárcel de Lecumberri por un robo que nunca cometió.

A los 20 años, el futuro Juan Gabriel había conocido lo peor del mundo, la violencia machista, el hambre, la prostitución, la pobreza. Su padre, se había escapado del manicomio donde lo habían encerrado, para tratar de estrangular a su madre. La tragedia la evitó uno de los cinco hermanos mayores que fue corriendo a avisar a la policía. Nunca más vio a su padre. Pero lo recordó siempre, y por eso adoptó el Gabriel de segundo nombre en su apelativo artístico.


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El muchacho creció en la calle, criado por su hermana mayor, y estuvo en un correccional desde los cinco años hasta los 13. Allí aprendió música, y cuando salió, en 1967, frecuentó el famoso bar Noa Noa, en Ciudad Juárez, donde alternó con homosexuales de todo tipo, travestis, drogadictos. Allí, conoció también a Marco, su primera pareja, a quien le dedicó, cuando el muchacho murió jugando a la ruleta rusa, la memorable Amor eterno.

En 1971 presentó su primer disco que incluía temas como No tengo dinero, Tres claveles y un rosal, y Como amigos. En 1999, la revista Billboard lo denominó The Latin Legend por su gran aporte musical a la cultura latina en Estados Unidos y a nivel mundial. Llegaron, juntas e imparables, la fama y la fortuna, la inmensa popularidad continental y varias parejas masculinas, incluidas el joven cantante español Jas Devael, cuya carrera Juan Gabriel intentó promover sin éxito.

Varios de sus amantes o parejas ocasionales promovieron el amarillismo a partir de develar secretos íntimos sobre Juan Gabriel y su vida sexual, pero él solía ser muy reservado con su vida privada, y muy pocas veces trató de aclarar si era cierto o falso este o aquel rumor, como aquel que aseguraba que alguna vez se prostituyó para no morirse de hambre. La más famosa respuesta que dio a un reportero sobre su homosexualidad quedó registrada como un clásico de alguien que se niega a prestarse al juego del amarillismo imbécil y morboso: “Lo que se ve, no se pregunta”.

Hubo miles de especulaciones y escándalos amarillistas en torno al único cantante de rancheras que se daba el lujo de ser afeminado en un país, en un continente, marcados por la más atroz de las homofobias. Los públicos, mujeres y hombres, sobre todo heterosexuales de toda raza e inclinación política, se dejaban llevar por el sentimiento, la melodía y las historias de amor que relataban sus canciones y olvidaban, preferían olvidar, que la mayor parte de ellas se originaban en idilios homosexuales.

Juan Gabriel se enfrentó a la homofobia como única sabía y podía hacerlo: convenció a todos de que su estatus artístico distaba del supuesto condicionamiento de su inclinación sexual. Y se convirtió en un personaje tan entrañable en la memoria colectiva, que muchos lo amaban, precisamente, porque aquel tenía más coraje que muchísimos heterosexuales y bisexuales para vivir su vida a su manera, moverse en el escenario como le daba su gana, y gesticular con un afeminamiento que algunos creían agresivo, pero que simplemente se relacionaba con su manera de ser, de entenderse, de retar y de vencer los prejuicios del mundo.

Pero tampoco Juan Gabriel construyó una carrera a partir de su afeminamiento o de su inclinación sexual, porque para mayor confusión de algunos esquemáticos, el divo tuvo cuatro hijos varones con su amiga Laura Salas, y su primogénito, llamado Iván Gabriel, era quien manejaba su carrera artística.

A partir del morbo y el escándalo es imposible convertirse en el compositor que más canciones registradas tiene en la SACM (Sociedad de Autores y Compositores de México). Se sabe que en los medios radiofónicos cada 40 minutos se escucha uno de sus éxitos, en promedio. A través de sus canciones, Juan Gabriel supo realizar el milagro de la tolerancia, la aceptación e incluso la solidaridad y el afecto. En Cuba, es adorado por los rastreros, linieros, estibadores, campesinos… y por muchísimas personas que aprendieron a mirar de diferente manera a los homosexuales.

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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.


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Joel del Río

Joel del Río. Periodista, crítico de arte y profesor. Trabaja como redactor de prensa en el ICAIC. Colabora en temas culturales con algunos de los principales medios en Cuba. Ha sido profesor en la FAMCA y la EICTV, de historia del cine y géneros cinematográficos.