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El Gobierno de Colombia anunció la deportación de un grupo de 16 migrantes, 13 de ellos de nacionalidad cubana y tres de procedencia india, los cuales fueron trasladados en un avión militar que les llevó desde Turbo hasta Bogotá, donde se hizo efectiva su salida del país sudamericano, según reportó 'El Colombiano'.
El proceso administrativo para estos migrantes concluyó la tarde del jueves. Todos fueron ubicados en hoteles del puerto de Turbo, en la región de Antioquia y al noroeste de Bogotá, y de ahí viajaron al aeropuerto del municipio de Carepa con destino a Bogotá. La expedición será trasladada a la frontera con Ecuador, país por el que accedieron a Colombia.
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Según la información apuntada por 'The Associated Press' sólo un cubano protestó por su deportación, se agarró a una reja y denunció que había sido amenazado y engañado por las autoridades migratorias.
En este sentido el director de Migración Colombia, Cristian Krüger, desveló que en las últimas horas se han presentado más de 120 inmigrantes en las oficinas de la institución para llevar a cabo la repatriación voluntaria, un tipo de deportación que incluye un permiso temporal de permanencia, que se concede con el compromiso de abandonar en unos días el país.
De hecho, en las últimas 24 horas las autoridades colombianas ya han repatriado a más de 360 migrantes, gran parte de ellos de nacionalidad haitiana.
"Somos conscientes y entendemos el drama que viven los migrantes irregulares, pero no podemos permitir que terceros se aprovechen de su necesidad", justificó Krüger.
Incremento de huidas por la selva
Mientras que las primeras deportaciones se hacen realidad, las huidas a través de la selva del Darién siguen aumentando a pesar de los múltiples peligros que acechan en la travesía.
"El número de cubanos que está saliendo por el muelle de Waffe ha aumentado en los últimos cinco días, ha habido más circulación", aseguró el secretario del Gobierno de Turbo, Emélides Muñoz, a AFP.
Desde el 19 de mayo hasta las últimas horas 7.903 migrantes, en su mayoría haitianos, asiáticos, africanos y cubanos; dejaron Turbo para adentrarse en la ruta selvática. En este período hasta 290 cubanos siguieron el mismo camino, según Muñoz.
El precio por jugarse la vida es de 38 dólares, que es la tarifa que pagan por un viaje de una hora en un bote comercial hasta el corregimiento de Sapzurro, en el municipio de Acandí, en el departamento de Chocó, fronterizo con Panamá.
En Sapzurro inician su periplo por el Darién, donde los peligros en forma de tráfico de personas, violaciones y ataques de animales salvajes se multiplican.
"Tenemos reportes de que en las selvas ha habido muertes, violaciones de mujeres y abandonos", alertó a AFP el padre Manuel Gregorio, delegado de la diócesis de Apartadó (Chocó) para acompañar a los migrantes en un tramo de su viaje por la selva.
A pesar de estas huidas y deportaciones, en la bodega de Turbo hay más de 1.200 inmigrantes que conviven en una bodega de 200 metros cuadrados y sus alrededores, según el censo de la Defensoría del Pueblo.
Así lo expresó a AFP Aliex Artiles, uno de los cubanos en la bodega, quien advirtió que van "a seguir en Turbo hasta que nos solucionen la situación" migratoria.
El principal problema es que la petición de los migrantes cubanos tiene pocos visos de llegar a buen puerto, ya que han solicitado que Colombia les proporcione un avión para poder llegar a México, como antesala de su llegada a Estados Unidos. La solicitud ha sido rechazada de forma contundente por el ejecutivo del país, que se ha negado en redondo a contemplar esta medida.
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