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Las recientes noticias sobre una inminente deportación ha hecho saltar todas las alertas en Turbo y decenas de migrantes cubanos han decidido tomar el camino de la selva, entre Colombia y Panamá, como vía de escape que les salve de regresar a Cuba.
Según Martí Noticias, los últimos reportes de las autoridades de Colombia han desatado la angustia y el desespero entre los centenares de cubanos que se encuentran varados en un almacén desde hace más de tres meses.
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Sin embargo adentrarse en el Darién, que es catalogada como una de las selvas más peligrosas del mundo, no parece la mejor solución ya que sus territorios esconden una intensa población de narcotraficantes y prófugos de la justicia.
Según la citada fuente, un migrante cubano aportó su testimonio sobre la vida en la selva y las dificultades que se pueden encontrar. Este ciudadano anónimo relata cómo salió de Turbo el pasado 21 de julio con destino a Sapsurro, una pequeña localidad próxima a la frontera con Panamá.
"Lo convenido con el coyote fueron 500 dólares hasta Panamá, incluida la travesía de tres horas en lancha hasta Sapsurro", cuenta este inmigrante, que viajó junto a 33 adultos, entre ellos 9 mujeres, desde el almacén en Turbo.
Además de los peligros propios de la travesía había que sumar las dificultades geográficas de Sapsurrro, último poblado de Colombia en la ruta hacia Panamá, ya que hay una elevación boscosa que separa esta localidad de la zona fronteriza panameña.
No fueron las únicas dificultades que tuvieron que superar puesto que la frontera de Panamá se encuentra cerrada para los cubanos desde el pasado mes de mayo.
Las dificultades de la expedición de inmigrantes llegaron cuando en medio de la travesía el coyote les robó. "Nos pasó por puntos ciegos, cruzamos arroyos, una verdadera jungla y sucedió, lo que nos temíamos, que nos robó y nos dejó abandonados", relata este inmigrante.
En su azaroso y peligroso camino se encontraron con la ayuda de los indígenas, que les proporcionaron comida. Después de varios días de travesía por la jungla el grupo se encuentra en la frontera de Panamá, pero por el lado de Costa Rica.
"Ahora estamos sin dinero y los coyotes quieren cobrar 400 dólares por llevarnos hasta Nicaragua", explica desconcertado.
(Imagen de Martí Noticias).
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