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En su gira del adiós a los escenarios, A Classical Farewell, Acosta actuará en Abu Dhabi, Australia, Nueva Zelanda, España, y entre el 30 de junio y el 2 de julio en el Hong Kong Cultural Centre Grand Theatre.
En las actuaciones de la Gira, y en Hong Kong especialmente, se incluyen algunos de los más famosos papeles masculinos de Carlos como el pas de deux en el personaje de Basilio en Don Quixote, el príncipe Sigfrido en El lago de los cisnes, y el favorito de Acosta, Acteón, el cazador cazado, que le ganó el Grand Prix en París, con 16 años, en 1990. El programa también incluye La Sylphide, Winter Dreams, La muerte del cisne, A Buenos Aires, Je ne regrette rien y Majisimo.
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La actuación en Hong Kong distará de ser un fragmento de ballet detrás del otro, pues el escenario estará acondicionado cual si fuera el estudio de ensayos de los bailarines, donde ellos se calientan y preparan las actuaciones. También hay un paso de batón, simbólico, a las nuevas generaciones, pues según ha declarado Acosta todo el tiempo estará bailando con bailarines que debutan en sus carreras mientras que él está terminando la suya.
Según el famoso bailarín, la actuación en Hong Kong, y la gira completa del adiós, no significa “miren por última vez lo bueno que soy”, sino “miren a lo que está por venir, al futuro, más que al pasado”.
Poco antes de salir de gira por el mundo, Carlos Acosta declaró en el Noticiero Cultural de la Televisión Cubana que “desde hace tiempo se preguntaba hacia dónde se iba a dirigir, y que me gustaría dejar algo, un legado, y la compañía Acosta Danza tiene que ver con ese deseo, y con mi empeño en unificar las diferentes disciplinas danzarias que, en Cuba, está segregadas. Por un lado está el ballet, por el otro la danza, más allá el folclor y yo quiero bailarines capaces de interpretar a Chaikovski, un tango, o hip hop”.
Decidido a abrirles paso a los más jóvenes, a través de su compañía Acosta Danza, el bailarín de 43 años creció en un medio muy modesto, pero luego de estudiar en el Ballet Nacional de Cuba se transformó en uno de los principales bailarines de su generación. Carlos Acosta fue atracción principal en compañías como el Royal Ballet, pero también bailó para el English National Ballet y el American Ballet Theatre.
Después de su gira A Classical Farewell, Acosta se propone regresar a La Habana para montar otra vez, en el Gran Teatro, su ballet Tocororo, y tratar de lograr su empeño de llevar su compañía de gira por las provincias de Cuba, algo que hasta ahora le ha sido imposible.
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