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Como parte de la diversificación y profundización de las relaciones bilaterales entre Rusia y Cuba se ha acordado la formación de bomberos cubanos en la Academia del Servicio Estatal Antiincendios del Ministerio de Emergencias de Rusia, informó el ministro ruso de Situaciones de Emergencia, Vladímir Puchkov.
"Esperamos que los egresados cubanos se conviertan en colaboradores dignos del Servicio Antiincendios del Ministerio del Interior de Cuba", manifestó el titular ruso.
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La noticia sobre la “admisión por primera vez en más de 20 años de estudiantes cubanos” en el referido instituto forma parte del acuerdo de la contraparte rusa con el Ministerio del Interior cubano y el Estado Mayor de la Defensa Civil y que incluye, además, tanto un programa de apoyo encaminado a modernizar el sistema nacional de la defensa civil en Cuba, en aras de convertirlo en “una red única global anticrisis”, como la dotación al gobierno cubano de material para respuesta ante situaciones de crisis, tales como casas de campaña, medios para la medición sísmica y modernos sistemas de detección.
El nuevo acuerdo se inserta en una política de colaboración conjunta, fruto de la cual quedó inaugurado en el año 2014 en las instalaciones de la Escuela Nacional de Bomberos Mártires de la Calle Patria el Centro Regional de Entrenamiento, Salvamento y Bomberos cubano-ruso. Ese mismo año se firmó un memorandum entre el ministro ruso y su homólogo cubano para “desarrollar la colaboración bilateral para el posterior fortalecimiento del personal docente del Centro, su equipamiento y modernización”.
En Cuba durante la última década ha ocurrido un promedio de 8mil incendios anuales, informaron medios cubanos, a propósito de la celebración de la semana Semana nacional de protección contra incendios (16 al 22 de mayo). El dato, en palabras del jefe del departamento de información y análisis del Cuerpo de Bomberos de Cuba, Alejo Ramírez Jomarrón “tiende a aumentar; y a aumentar con él, también, la cantidad de lesionados”.
Las causas principales, en palabras de Ramírez Jomarrón, suelen ser deficiencias o mal estado de los “sistemas de protección (extintores, sistemas de detección, señalizaciones…); el fumar en las áreas de peligro y la falta de mantenimiento a equipos y redes tecnológicas, especialmente eléctricas”.
El pasado año 2015, por su parte, Cuba contabilizó pérdidas de 34 millones de pesos por los 506 incendios forestales ocurridos, que dañaron casi seis mil las hectáreas.
Según los expertos, la eficiente y pronta respuesta ante un evento de esta naturaleza marca la diferencia entre un incendio sofocado y uno que se torna incontrolable y, en tal sentido, los primeros diez minutos son esenciales. Contar con los mejores equipamientos y los profesionales más preparados puede contribuir a revertir la tendencia al alza de los incendios en Cuba constatada en la última década y a disminuir los daños y lesionados.
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