La visita del presidente Barack Obama a la Isla ha comenzado dejando testimonios para la posteridad. Tras el saludo inicial del presidente y la primera dama Michelle saliendo del Air Force One, ambos fueron recibidos al descender la escalerilla por el canciller cubano Bruno Rodríguez.
Aunque ya era conocido que el mandatario cubano Raúl Castro no acudiría a recibir a su homólogo norteamericano, la imagen no deja de sorprender, dado que el protocolo para los recibimientos presidenciales de alta significación en Cuba difiere un tanto del que fue presenciado hoy por millones de espectadores.
Ni alfombra roja, ni banda que entonara las notas de ambos himnos, ni palabras de bienvenida de cara a la prensa; la sobriedad del suceso pudo haberse debido a las poco favorables condiciones climáticas, a la falta de voluntad o exceso de soberbia política e incluso a comandos de seguridad previamente puntualizados por ambos gobernantes.
Lo cierto es que Obama no fue recibido con honores y, para muchos, ha resultado inquietante que esta nueva era de comprensión y normalización para dos naciones históricamente antagónicas, comience con una apertura tan mesurada; sobre todo, cuando el rápido embellecimiento de toda la capital denota una expectación sin precedentes ante una visita de este tipo.
Para colmo de males, este domingo la prensa militante ha preferido ofrecer más cobertura de la visita del presidente venezolano Nicolás Maduro, quien sí fuera recibido por el vicepresidente Miguel Díaz Canel el pasado viernes.
Las portadas de principales diarios como Juventud Rebelde o Granma, así como los titulares del Noticiero Dominical de la Televisión Cubana, enfatizaron hoy y de una forma más acentuada la agenda de Maduro en la isla y su encuentro con el exmandatario cubano Fidel Castro.
Sin dudas, el protocolo que le dio la bienvenida a Obama en Cuba dista mucho de aquel que acogió al presidente Raúl Castro durante su primera visita a Francia, el 1ro de febrero de este mismo año, cuando fue recibido con honores, himnos y banderas por la ciudad de París.
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