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Los Azules de La Habana remontaron una desventaja en el noveno inning y ganaron 6-4 a Sancti Spíritus para igualar a una victoria por bando la final de la Serie Nacional de Béisbol sub-23.
El partido llegó al noveno con ventaja de una para los espirituanos, que cometieron el error más viejo del béisbol: celebrar la victoria antes de tiempo. Pedro Álvarez, el abridor de los Gallos, había mantenido en un puño a la ofensiva contraria durante ocho entradas. Solo le habían marcado en el segundo inning, cuando la defensa de su equipo se desmoronó y permitió una limpia y dos sucias.
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Su equipo le devolvió la tranquilidad en el quinto inning, cuando logró empatar a tres, luego de haber descontado una en el cuarto, cuando empezaron a verle mejor los tiros al abridor Pedro Durán, pero también con la ayuda de los errores de la defensa habanera. En el séptimo Durán no aguantó más y le cedió el puesto al relevista Juan Peñalver, no sin antes cargarse otra carrera a su cuenta, aunque sucia, pues entró con la ayuda de un error del jardinero central, Alberto Calderón.
Con el juego 4-3, y más de 100 lanzamientos hechos para la goma, Pedro Álvarez abrió el noveno, sacó un out y fue relevado por Javier Vázquez, quien fue puntal como abridor contra Santiago y que debía iniciar el tercer juego de esta subserie, en caso de empate. Pero por más que se diga lo contrario, en el béisbol cubano los mánager nunca se acuerdan de la especialización del picheo cuando están ganando, es decir, cuando más la necesitan. Javier Vázquez se metió él solo en complicaciones, dando base por bolas y permitiendo doble de Andy Pacheco que montó al jardinero derecho. Luego llenó las bases por boleto intencional, y de lo demás se ocuparon los errores, los protagonistas no reconocidos de esta liga Sub-23, que se han ocupado ellos solos de decidir partidos, una y otra vez.
Los industrialistas corrieron muy bien en las bases, pero los espirituanos jugaron muy mal a la defensa, pifiando lances fáciles y olvidándose de los corredores que se les escapaban para el home. Está claro que los peloteros de esta liga son jóvenes y que todavía no están preparados para esta clase de momentos, pero lo que es imperdonable es que cometan el error más antiguo del béisbol, que celebren una victoria que todavía no han conseguido, como venían haciendo desde el octavo inning.
Pero el verdadero ganador de ayer no fue La Habana, sino los errores a la defensa, que una vez más decidieron un partido de esta Serie sub-23. En el partido de ayer, de las 10 carreras que se anotaron, solo 3 fueron limpias.
La victoria finalmente fue a la cuenta del relevista Peñalver, quien lanzó dos innings y un tercio excelentes, con cuatro ponches. El invitado especial de la final, Lourdes Gourriel Jr., no jugó en el encuentro.
Hoy estas novenas volverán a jugar a las 7:00 pm para definir quien se lleva el título sub-23 de este año, en esta final pactada a tres juegos.
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