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Para la mayoría de los cubanos en el exilio Emilio “Millo” Ochoa es un desconocido. Nacido en Holguín, en 1907, en la entonces provincia de Oriente, su vocación fue la política cubana, un aciago destino. Ocupó escaños en la Cámara de Representantes y en el Senado de la República. Pero su importancia en su momento histórico fue fundar, junto con el muy reconocido Eduardo Chibás, el Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo), desde las mismas filas del Partido Revolucionario Cubano (Auténtico) al que pertenecía también el presidente Ramón Grau San Martín (de 1944 al 1948). Falleció en el 2007 en Miami, un centenario, como exiliado, pues nunca quiso volver a Cuba después de haberse refugiado en esta ciudad en la época de Fulgencio Batista, contra quien batalló, aun antes que Fidel Castro. El profesor Daniel I. Pedreira acaba de publicar con Aduana Vieja un libro que destaca en su título una función de Ochoa que es tan importante o más que la de cualquier político cubano. Este libro es El último constituyente: el desarrollo político de Emilio ‘Millo’ Ochoa, y destaca que Ochoa fue delegado a la Constitución de 1940, la que fue desbaratada luego por el golpe militar de Batista, en 1952, y destruida completamente por el sistema comunista de los Castro desde 1959. Fue celebrada esta biografía por Herencia Cultural Cubana, en la Casa Bacardí del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami (ICCAS), por el maestro de ceremonias, doctor Marcos Antonio Ramos, historiador, periodista y teólogo cubano, profesor emérito del Florida Center for Theological Studies. La periodista Juana Isa fue la presentadora del autor y del libro. Habló también extensamente su yerno, Rafael Sosa de Quesada, quien dio datos y anécdotas desconocidas sobre Ochoa. El prologuista del libro, Manuel Márquez Sterling, hijo de Carlos Márquez Sterling, que fue presidente de la Asamblea Constituyente del 40, escribe que Ochoa fue uno de esos cubanos que José Martí definía como “hombre sincero de donde crece la palma”. Aparte de hablar de su carácter de hombre honrado y dedicado, adelanta algunos hitos de esta biografía, en la que se destaca la década de 1950, después de la fundación del Partido Ortodoxo, del cual se puede decir que fue Ochoa el artífice. Después de la muerte de Chibás, se le arrebató sin embargo la postulación a la presidencia para entregársela al profesor Roberto Agramonte por una camarilla académica. La actitud de Ochoa frente al golpe de estado de Batista fue la de responder con la violencia, pero en 1957 se unió a Carlos Márquez Sterling para lanzar el Manifiesto de los Cinco, abogando por una solución pacífica. Nunca quiso cooperar con Fidel Castro, ni en la Sierra, ni cuando este lo mandó a buscar a su destierro de Miami, en enero de 1959. “Esa es la clase de líder que no quiero para mi patria”, respondió. Este libro está ilustrado con fotografías, y da además datos de la maquinaria política de barrio de la ortodoxia, con los comités, los sargentos políticos y las asambleas. Recuerdo personalmente haber asistido a liceos en los que se daban conferencias criticando la corrupción gubernamental, como dañina para la democracia. Una de las grandes ventajas de esta investigación fue que el autor del libro conoció a Ochoa y lo entrevistó varias veces, por lo que tuvo acceso a esa fuente primaria, y también a una extensa bibliografía citada, incluyendo varios apéndices. Es un documento histórico excepcional. PATRICIA C. BLUMENRAICH EN ‘LETRA URBANA’ Ediciones Baquiana, en su colección Senderos de la Narrativa, la Revista Literaria Baquiana y la revista Letra urbana presentaron en diciembre pasado el libro de cuentos bilingües Dudas, errores y sombras/ Doubts, Errors and Shadows, de la escritora argentina Patricia C. Blumenraich. Como siempre, Letra urbana, que dirige Mónica Prandi, celebró el encuentro en Books & Books de Coral Gables. La escritora cubana Maricel Mayor Marsán, directora de Baquiana, fue la que nos ofreció una visión del libro de Blumenraich, destacando que esta autora se mueve “entre la ficción posmoderna y el oficio de narrar la vida misma”. Hizo entonces una retrospectiva histórica para situar en su contexto a la autora, refiriéndose a la línea indigenista, la más moderna en la década de 1960 con Juan Carlos Onetti, Premio Nacional de Literatura en 1963 y Premio Cervantes en 1980, y al movimiento posmodernista “que se caracteriza por la atención a las formas y la carencia de ideología y compromiso social”. Señaló Mayor Marsán que Blumenreich, dedicada a la psiquiatría por profesión y a la ficción con sus cuentos, relatos y noveletas, tiene en el estilo de “sus textos y en la manera en que sus personajes padecen de todo tipo de angustias existenciales, casi siempre empeñados en proyectos sin definición o sentido, la huella que un novelista como Juan Carlos Onetti dejó en su prosa”. Además, enfatizó el hecho de que siendo de origen judío, la autora se encuentra entre un grupo de escritores, aunque de distintas nacionalidades, que son de origen judío, como José Kozer, cubano, e Ilán Stavans, mexicano. También destacó que la narradora tiene como referentes la problemática de las mujeres y de las personas de la tercera edad. • Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/01/21/1661181/olga-connor-libro-historico-sobre.html#storylink=cpy
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