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Labio leporino

El labio leporino (separado, abierto) puede combinarse en ocasiones con un paladar hendido o fisura palatina (abertura en el cielo de la boca)


Este artículo es de hace 8 años

Las malformaciones congénitas de la cara y la boca en recién nacidos ocurren aproximadamente en uno de cada mil nacimientos.

El labio leporino (separado, abierto) puede combinarse en ocasiones con un paladar hendido o fisura palatina (abertura en el cielo de la boca), debido a que se ha producido un proceso de desarrollo incompleto durante la gestación. Esta visible malformación genera naturales sentimientos de preocupación, ansiedad y tristeza de padres y familiares pues ellos deben recibir, en las primeras etapas de la vida, una atención altamente especializada para la corrección de esos defectos. En la producción del labio leporina existe un origen multifactorial, ahí están involucrados factores de orden genético y ambiental de agentes que causan anomalías durante el desarrollo del feto entre los que se encuentran en las mujeres gestantes el estrés, avitaminosis, el consumo de drogas y alcohol, el mal hábito de fumar.

Los factores de riesgo incluyen antecedentes familiares de labio leporino o paladar hendido. Algunos de estos pacientes nacen con malformaciones asociadas como, por ejemplo, alteraciones renales.

La afección es más frecuente en el sexo masculino, aunque no es significativa la diferencia. En la actualidad es posible detectar la afección mediante un Ultrasonido, o por las pruebas de sangre que se realizan a las gestantes para la cuantificación de la proteína de origen fetal conocida como Alfafetoproteína. Esto permite determinar la existencia de defectos incompatibles con la vida, o compatibles como es el caso del labio leporino.

Cuando existen antecedentes familiares de labio leporino se debe solicitar el asesoramiento genético. En los niños que nacen con este defecto el cierre de la fisura labial, incluyendo el “piso” nasal si está afectado, se realiza generalmente cuando el bebé ha cumplido entre los cuatro y seis meses de nacido. En cuanto a la fisura palatina la intervención quirúrgica se practica alrededor de los 17 meses de edad.

Al nacer tanto la madre como sus familiares reciben orientación de cómo proceder a los fines de la alimentación del niño o niña.

Si existe fisura palatina, a las dos o tres semanas de nacidos se les debe confecciona un aditamento (placa pasiva) que se coloca en el paladar para mantener el maxilar en una posición adecuada hasta tanto se realice la intervención quirúrgica.

Estos niños deben ser atendidos por especialistas de cirugía máxilo facial pediátricos Luego de ser tratados los niños en su mayoría logran una apariencia, lenguaje y forma de alimentación normales. Se debe poner un énfasis en el tratamiento y los ejercicios que deben hacerse para corregir los problemas asociados del habla, para ello debe consultarse con un especialista en Logopedia y Foniatría.

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