Para los que salieron en los años sesenta, tal vez por Camarioca, la canción más reconocible quizás sea la de Luis Aguilé, muchas veces versionada. Luego vinieron las de Celia Cruz o Gloria Estefan y Willy Chirino, y los cantos de añoranza por la tierra lejana.
Cuando la crisis de los balseros, en los 90, aparecieron los retratos musicales de Carlos Varela, tomados dentro de Cuba, y enfocados en los dolores de la nación escindida. Luego, David Torrens y Raúl Paz, y tantos otros compositores, celebran la satisfacción de sentirse siempre como la ceiba y la palma real, dondequiera que sus raíces fueran trasplantadas.
1. Mi tierra, por Gloria Estefan: “De mi tierra bella, de mi tierra santa, oigo ese grito de los tambores y los timbales al cumbanchar, y ese pregón que canta un hermano, que de su tierra vive lejano, y que el recuerdo lo hace llorar. Una canción que viven entonando, de su dolor, de su propio llanto, y se le escucha penar: La tierra te duele, la tierra te da, en medio del alma, cuando tú no estás”.
2. Ni de aquí ni de allá, por David Torrens: “Yo no soy de aquí y ya no soy de allá, no aprendo a vivir en el va, viene y va. (…) Voy sin raíz que se aferre a un lugar, no tengo dueño ni soy dueño de nadie, tampoco tengo un amor donde anclar, yo no tengo a quien pagar, yo soy capitán de mi barco errante. Y cuando llegue la cuenta, en soledad la he pagado, no hay beneficio sin precio ni porvenir sin pasado”.
3. Cuando salí de La Habana, por Habana Abierta: “Octubre se avecinaba, flotando en el aire que el frío picó, el gorrión otra vez que picaba, teniendo yo que decir: Hace calor en La Habana, mi hermana… ¿Qué quiero, qué quiero yo? Un cachito pa’ vivir. Hay no se lo niegues, tú ves?”
4. Como los peces, y De vuelta a casa, por Carlos Varela. “Los muchachos hablan de desilusión, y en silencio van al mar y se largan, como los peces, y en la cara de una madre, hay una lágrima rodando, lágrimas negras: aunque tú me has echado en el abandono, aunque ya han muerto todas mis ilusiones…”. En De vuelta a casa, dice: “Si ves mi amor que otra vez me fui, me fui sin entender qué pasa, en tu corazón se esconde mi país, y el jardín que me conduce a casa, de vuelta a casa”.
5. La Cuba mía, Por si acaso no regreso y De La Habana hasta aquí, por Celia Cruz. “Quiero sentir, quiero regresar a la Cuba mía. Se me confunden con los años las imágenes de mis sueños, pero te sigo recordando, tierra mía, cada momento”. “Y siempre pensé en ti, dichosa, de haber nacido en tus brazos, y aunque ya no esté, en mi corazón te dejo un pedazo, por si acaso no regreso”. “De La Habana hasta aquí hay una corriente que a mí me llama, me susurra al oído, se va colando y me abraza el alma. De La Habana hasta aquí hay una corriente que a mí llama, con sabor a tabaco, a son montuno, a ron y guayaba”.
6. Cuando salí de Cuba, por Luis Aguilé o Guillermo Portabales: “Nunca podré morirme, mi corazón no lo tengo aquí. Allí me está aguardando que vuelva allí. Cuando salí de Cuba, dejé mi casa, dejé mi amor, cuando salí de Cuba, dejé enterrado mi corazón. Late y sigue latiendo, porque mi tierra vida le da, pero llegará el día que mi mano lo alcanzará”.
7. Cubano, o En casa, por Raúl Paz: “Me quedaré, me quedaré siempre cubano me quedaré. No cuentes conmigo ni cuentes contigo. Que eso vino conmigo, sí, conmigo. (…) Saber es cosa de tiempo, pero ser eso se trae, con el traje o sin traje, desde afuera o desde adentro, la canción o el sentimiento salen a la luz. (…) No es cosa de religión, ni de color ni de empeño, no es la fuerza ni el color, ni los compases ni el genio, es solo la condición, esa que se lleva dentro”. En casa, dice: “Nada mejor que volver a casa, nada mejor que volverte a ver, que en la distancia sobren las ganas, y se nos hace fino el querer”.
8. Arenas de soledad, o En todas partes, por Equis Alfonso: “Empezar de nuevo, sin destino y sin tener un camino cierto, que me enseñe a no perder la fe. Escapar de este dolor, sin pensar en lo que fue, cuánto aguanta un corazón sin el latido de creer”, dice Arenas de soledad, mientras que En todas partes, dice: “Si profunda es la distancia, profunda es la lejanía, en un alma peregrina no existe ciudadanía”.
9. Amigos, por Gerardo Alfonso: “Y la vida nos fue separando, los años nos fueron cambiando, la cuesta nos hizo un lugar. Hay amigos que veo, otros que no sabemos su paradero. Hay amigos en los basureros, amigos llenos de dinero, amigos que están más allá. (…) Quizás algunos sepan de mis cantos por ahí, quizás se escapen de estos tiempos locos. Quizás un día no sea más tarde que temprano”.
10. Cuba linda, de Willy Chirino: “Cuba linda, de mi vida, Cuba linda, siempre te recordaré, cuando escucho un son cubano, de los tiempos ya pasados, mi corazón se entristece, y la nostalgia revive, por mi terruño cubano, con su son tan habanero, tierra que yo tanto quiero”.
También hay varias menciones honorarias de canciones que hablan del tema:
Cuba, por Orishas: “Vengo de donde hay un río, tabaco y cañaveral. Donde el sudor del guajiro hace a la tierra soñar. (…) Si de mi lengua estoy viviendo, y calmando la fiel tristeza, de qué forma quieres tú que yo detenga la sangre de amor y patria que me corre por las venas. (…) Dejé mi patria querida hace más de un año ya, por más que me lo propongo, mi herida no cerrará”.
Adiós, mi Cuba querida, por La Lupe: “Adiós mi Cuba querida, dentro de mi alma te llevo metida. Aunque soy una emigrante, jamás en la vida yo podré olvidarte”).
Cada país, por Buena Fe: “Cada país lava sus errores, a veces horrores, con hombres que siempre saben contestar, qué harías tú en mi lugar. Y va de tu país a tu raíz, nunca te irás del todo, ni a los ruidos con silencio, ni a otras tierras con más oro, y vas de tu raíz a tu país, una canción te lleva, de regreso donde un beso, simple y cierto te espera”.
Cuba mía, por Esther Borja: “Cuba quiero yo de ti, que cuando yo esté lejos de acuerdes de mí. Para ti he vivido yo el fuego de mi amor que en mi canto te di, dondequiera que yo esté tú estarás con el ritmo de mi canción.”).
Mariposa, por Beatriz Márquez: “La vida se nos pasa en el empeño, lo inútil, lo imposible es regresar. Que el amor nos sorprenda en pleno vuelo, que nubes siempre habrá que remontar. Qué sabrá Venecia de melancolía, y de la añoranza y la lejanía, qué sabrá un acorde de una melodía, qué sabrá la noche lo que piensa el día, y qué sabré yo de una mariposa y su fantasía”).
Son oscuro, por Xiomara Laugart: “Cuando se estruja mi alma, añora palma y pulpa de mamey, y conmovida en sus raíces salta, volcando al agua un sueño de café. Quise esconder mi alma, pero se me ve, ahora ya no hay misterios ya el misterio se me fue”).
Carta a un amigo lejano, por Pablo Milanés: “Hoy quiero estar sin entender la distancia que nos va a separar, la frontera que lacera lo poco que queda para que uno pueda, en los tiempos que llegan, repartir amor. Hoy quise estar contigo, amigo, y la pura realidad destruyó el dulce sueño que forjamos tú y yo”.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: