El Coche Mambí

Solo tres ejemplares de este modelo de coche fueron construidos en Estados Unidos de América en el año 1900. Ellos se asignaron a los presidentes de las compañías ferroviarias norteamericanas de Estados Unidos, México y Cuba. El presidente de la Compañía de Ferrocarriles Consolidados de Cuba era entonces Horatio Rubens, colaborador de Tomás Estrada Palma en el Partido Revolucionario Cubano.

En 1912 el señor Rubens trajo el coche a Cuba, poniéndolo al servicio de los presidentes de la República, por tal motivo se le conoció como Coche Presidencial. José Miguel Gómez fue el primer presidente en hacer uso del coche.

Con el triunfo de la revolución cubana en 1959, pasó al andén ¨La Cochera¨ para su preservación y en 1987 comenzó a exhibirse en la terminal ferroviaria. Fue entregado a la Oficina del Historiador por el Ministerio de Transporte y sometido a un proceso restaurador para su exposición en el centro histórico de la ciudad. Se encuentra ubicado en el fondo del convento de la Basílica Menor de San Francisco de Asís, a un costado de la Cámara de Representantes, en la calle Churruca entre Oficios y San Pedro.

El coche Mambí, con 80 toneladas de tara, cuenta con una estructura interior de hierro y maderas preciosas; su ingeniosa distribución espacial lo convierte en una verdadera casa rodante.

Cuenta con un salón recibidor con dos camas colgantes abatibles y servicio sanitario, un salón privado con una cama colgante abatible y servicio sanitario; dos habitaciones con baño intercalado para el Presidente y la Primera Dama; comedor para ocho comensales con vajilla y cubertería de plata personalizada y cocina.

Originalmente contó con iluminación de carburo, sistema de climatización con hielo seco y ventiladores.