La falta de recursos y la precaria infraestructura llevaron al gobierno cubano a implementar una solución desesperada para trasladar a más de 700 pasajeros entre Nueva Gerona y Batabanó.
El ferry Perseverancia, principal embarcación para esta ruta, desde hace semanas enfrenta problemas para atracar debido al sedimento acumulado en el canal del puerto de Batabanó, agravado por el reciente huracán Rafael.
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La falta de un dragado oportuno, así como la inexistencia de embarcaciones alternativas, han hecho que el transporte marítimo se deteriore aún más.
La idea del gobierno era trasladar a los pasajeros en el ferry hasta la entrada del Canal y cambiarlos de embarcación en medio del mar, como si llevaran a bordo a expertos en supervivencia, o militares super entrenados.
Ante la imposibilidad de realizar el traslado planeado con catamaranes, porque el mar no garantizaba que aquella epopeya fuera posible, se optó por un viejo remolcador, el Polar 11, que operó de manera improvisada para asegurar el atraque del ferry con motores apagados.
El capitán del ferry y el del remolcador lograron una sincronización exitosa, y finalmente pudieron completar la operación, que permitió el traslado de 430 pasajeros en dirección a Nueva Gerona y 361 hacia Batabanó.
En lugar de ferris modernos o embarcaciones adecuadas, un viejo remolcador fue el recurso que salvó la operación para garantizar el traslado de viajeros entre las dos ciudades, dejando al descubierto las profundas deficiencias del sistema de transporte en Cuba.
Tras semanas de suspensión del servicio de transporte marítimo entre Nueva Gerona y Batabanó, los pasajeros llevaban días varados y con pocas esperanzas de llegar a sus destinos. Había en este grupo personas vulnerables, ancianos y niños, así como casos de urgencias médicas.
El ministro de Transporte. Eduardo Rodríguez Dávila, calificó la operación como un logro de "perseverancia", pero detrás de sus palabras hay una cruda realidad.
En Cuba no hay recursos ni embarcaciones adecuadas. La ausencia de planificación preventiva condenan a los cubanos a depender de soluciones improvisadas y riesgosas cada día, en todos los escenarios imaginables.
Un sistema de transporte público colapsado
El sistema de transporte marítimo enfrenta un colapso inminente. Las reparaciones de los catamaranes habituales, esenciales para este trayecto, no se han completado por falta de materiales y piezas claves.
Mientras tanto, el dragado del puerto de Batabanó, calificado como "la verdadera solución" por el ministro, avanza a paso lento. Se anunció que una draga será trasladada desde La Coloma para esta tarea, pero no se han definido plazos concretos para la finalización del proyecto.
En contraste con la "sensibilidad y responsabilidad" que el ministro asegura haber percibido en los funcionarios, la realidad de los usuarios es de incertidumbre, frustración y desconfianza en un sistema incapaz de responder a sus necesidades básicas.
La incapacidad de dragar los puertos, mantener operativas las embarcaciones o gestionar soluciones efectivas no es un problema aislado, sino parte de una crisis sistémica que afecta a toda la nación.
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