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En el reparto San Agustín, en La Lisa (La Habana), "hay personas que saben quiénes mataron a Maykel Sablón Bisec (La Habana, 4 de diciembre de 1994)". Lógicamente no lo quieren decir por temor a represalias. Ha habido "insinuaciones", pero "nadie quiere hablar. Tienen miedo".
El joven salió a pescar solo hace tres años y lo encontraron estrangulado y en descomposición, en un río al que solía ir con "los muchachos del barrio" cada dos o tres semanas. Las cañas de pescar nunca aparecieron. "Lo único que apareció fue el nylon de pescar con que lo estrangularon. Lo tenía enredado en el cuello y en una mano".
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Sin embargo, los responsables del Departamento Técnico de Investigaciones (DTI) de Saravia, en el Cerro (La Habana), no han dado con los autores del crimen en todo este tiempo. El caso ha pasado de mano en mano sin que nadie atine a resolverlo. El primero de los oficiales se jubiló, el segundo se enfermó y el tercero, un "muchachito jovencito llamado José Manuel, que es el jefe", no parece habérselo leído. Al no haber detenciones, tampoco ha habido juicio.
Los dos hijos pequeños de la víctima recibieron, tras el asesinato de su padre, una ayuda económica del Estado, "que no daba ni para leche". Pasados seis meses, se la quitaron. Sablón Bisec no llegó a conocer a su hija. Cuando murió, era padre de un niño de 4 años y su mujer estaba embarazada de pocos meses.
El día que lo mataron, el 12 de septiembre de 2021, Sablón Bisec no hizo nada fuera de lo normal, salvo irse solo a pescar, algo que no era habitual en él. De hecho, acostumbraba a ir con "los muchachos del barrio" por la noche y regresaba a su casa, al día siguiente, sobre las nueve o las diez de la mañana. "Ese día se fue solo". Cuando no llegó en el horario que él acostumbraba, la familia se alarmó y puso una denuncia en la Policía. Empezaron a buscarlo por su cuenta porque hasta pasadas 72 horas, en la PNR no tomaron cartas en la desaparición. Lo habían estrangulado con nylon de pescar y luego lo tiraron al río. Lo encontraron a los cuatro días, ya putrefacto. Tenía 27 años", cuenta una persona del entorno del fallecido.
A Sablón Bisec lo sacaron del río, lo llevaron para Medicina Legal, luego a la morgue y de ahí a enterrarlo. "No se pudo velar", lamenta la misma fuente, que afea el desinterés del DTI en este caso. "En la vida real, ellos no quieren trabajar", dice en referencia a que no han contrastado o tenido en cuenta los elementos aportados por la familia.
Por ejemplo, el comentario que les hicieron en el barrio, asegurando que "los que lo mataron, están aquí". Fue así como la familia supo que no fue un solo asesino, que habían sido tres y aunque le dieron esta información al DTI, los encargados de la investigación nunca hicieron nada con ella; la guardaron en una gaveta y ahí sigue, durmiendo el sueño eterno.
El segundo día de estar desaparecido, a Maykel Sablón Bisec lo buscaron por la zona de Jaimanitas, a unos tres o cuatro kilómetros de donde sucedió el asesinato. Quienes lo buscaban, enseñaron fotos a un vecino y éste dijo que no lo había visto, pero comentó que sobre las nueve de la noche del día anterior, hora que coincide, según Medicina Legal, con "la data de muerte (21.00 -22.000 horas)" de Sablón Bisec, tres jóvenes pasaron por allí y uno de ellos, "prietecito", se acercó y le preguntó, cómo se llegaba a San Agustín, que ellos eran de 25. Preguntaron por el mismo barrio donde vivía Maikel.
La familia se lo contó a la Policía, pero los investigadores ni se inmutaron, ni se molestaron en ir a preguntar y llevar fotos al muchacho para que reconociera al que se acercó al portal de su casa preguntando cómo se llegaba a San Agustín. No han hecho nada. No quieren trabajar", insisten las mismas fuentes.
A día de hoy se desconocen los motivos por los que esos presuntos tres asesinos mataron a Sablón Bisec. "Eso es lo que no se sabe. Hay datos, hay informaciones de que sobre las cinco de la tarde lo vieron caminando con alguien". El entorno del joven no cree que esa persona fuera un amigo sino más bien un "compañero". Ese individuo aseguró a la Policía que dejó a Maykel pescando en el lugar donde, supuestamente lo mataron más tarde, y que él se fue para su casa.
"La Policía lo retiene, lo interroga, él admite que estuvieron juntos, pero no hay pruebas", añaden desde el entorno del joven que a día de hoy desconoce de quién se trata.
Pese al desinterés del DTI, la familia del joven ha acudido a Atención a la Ciudadanía a quejarse, pero no ha conseguido que la investigación coja impulso. Tres años después, no se ha hecho justicia y esta impunidad es la que, según el laboratorio de ideas Cuba Siglo XXI, está detrás del aumento significativo de la violencia en la Isla.
Según el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), entre enero y junio de 2024 se registraron un total de 432 delitos en la Isla, lo que representa un promedio diario de 2.37 crímenes, marcando un aumento del 152% en comparación con el mismo período de 2023. (1.82 crímenes diarios en 2023). El análisis muestra un "preocupante aumento" en delitos violentos en el primer semestre de este año, destacando un crecimiento del 111% en los asesinatos, un 290% en agresiones y un 208% en robos en el primer semestre de 2024.
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