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En un estado físico deplorable, el preso político y manifestante del 11J en Cuba, Carlos Michael Morales Rodríguez, fue excarcelado y puesto en régimen de arresto domiciliario este lunes, según informaron activistas y periodistas independientes en redes sociales.
Participante en las históricas protestas ocurridas el 11 de julio de 2021 en pueblos y ciudades de Cuba, Morales Rodríguez fue condenado a dos años y 10 meses de prisión en enero de 2022 por el tribunal popular de Caibarién.
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Junto a él, otros cuatro manifestantes también fueron juzgados y condenados a penas injustas por ejercer el derecho a manifestación que recoge la propia Constitución del régimen.
A Magdiel Rodríguez lo sentenciaron a cuatro años y seis meses; a Javier Delgado Torna y José Rodríguez a tres años y seis meses; y a Isel Fumero lo condenaron a dos años y seis meses de privación de libertad.
Tras casi un mes en huelga de hambre, Morales Rodríguez fue internado varios días en el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Arnaldo Milián Castro de Santa Clara, y permanecía a la espera de juicio, según reportó para ADN Cuba el pastor Mario Félix Lleonart.
Este lunes, tras el juicio, el preso político fue puesto en régimen de prisión domiciliaria, según reportó la activista Betty Guerra Perdomo, madre de los también presos políticos del 11J, los hermanos Jorge y Nadir Martín Perdomo.
Periodista independiente, Morales Rodríguez denunció en septiembre de 2019 el caso de Ismaray Ramos Pérez, una madre de Caibarién que se encontraba durmiendo en la calle con sus hijos pequeños a falta de un techo donde vivir, y que había sido víctima de la indiferencia y los malos tratos de las autoridades.
“Se ha dirigido al gobierno local para que le presten un local para estar con sus niños y ha recibido negativas. Le han manifestado que regale los niños para que no vivan en la calle, la han amenazado con meterla presa, quitarle los niños. Esto se lo ha manifestado la vicepresidenta del Poder Popular nombrada Idalmis”, denunció el periodista en sus redes sociales.
Días después de hecha pública la denuncia, y luego de la presión hecha desde las redes sociales, Ramos Pérez recuperó la vivienda de la que había sido desahuciada. “La vivienda que los familiares le habían arrebatado, mandándola a vivir alquilada hasta que tocó fondo y paró en la calle, le fue devuelta por las autoridades de Caibarién”, reportó Morales Rodríguez.
“Las redes sociales sirven para luchar contra las injusticias”, dijo entonces el activista que saldría a protestar en las calles el 11J, reclamando junto a cientos de miles de cubanos libertad, respeto a los derechos humanos y un cambio en Cuba.
Organizaciones de la sociedad civil y del exilio cubano se solidarizaron con Morales Rodríguez y exigieron en múltiples ocasiones su liberación tras su entrada en prisión. La última de ellas tuvo lugar el pasado 17 de julio en Miami, tras deponer el preso político su huelga de hambre de 27 días de duración.
Este lunes, tras salir de prisión, las imágenes compartidas en redes sociales mostraron a Morales Rodríguez con una delgadez extrema, resultado de su acto de protesta y de las pésimas condiciones en que sobrevive la población penitenciaria cubana (una de las más elevadas del mundo), incluidos el millar de prisioneros políticos que el régimen totalitario aún mantiene tras las rejas.
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